El Internet de las Cosas (IoT) substituye el empleo de profesionales y el trato personal

La capacidad de dotar de conexión y cierta inteligencia a objetos a partir de sensores provocará un seísmo tecnológico que acabará con figuras y conceptos de nuestro día a día y acabará con algunas profesiones

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Internet de las cosas

 

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La evolución de la tecnología y su aplicación práctica abre un nuevo capítulo en la historia de nuestra sociedad. El Internet de las Cosas (IoT) ya amenaza seriamente a numerosos puestos de trabajo de profesionales especializados en distintos sectores. La capacidad de dotar de conexión y cierta inteligencia a objetos a partir de sensores provocará un seísmo tecnológico que acabará con figuras y conceptos de nuestro día a día.


Así se prevé en el ámbito de los mecánicos y servicios técnicos. Los vehículos tendrán la capacidad de realizar autodiagnósticos para detectar problemas, que se enviarán de forma automática al taller para su solución siempre que sea un problema que el sistema no pueda autorreparar -existirá la posibilidad-. "La capacidad de que un objeto o dispositivo sea capaz de encontrar un problema y solucionarlo cambiará el sector del automóvil, pero también el de los electrodomésticos de casa. Las empresas competirán por la calidad de servicio técnico. Es algo muy controvertido por lo que supone para determinadas profesiones y para el mercado tal y como está planteado", explica Manuel Muñiz, responsable de Mioti, Instituto de Máster en Internet de las Cosas.


También se contemplan cambios en el sector de la enfermería y los diagnósticosmédicos. La sensorización y los wearables -dispositivos conectados a la persona a través de la ropa- permitirá realizar diagnósticos a distancia. Esto reducirá considerablemente el número de profesionales de la sanidad. Además, sensores en el hogar realizarán análisis instantáneos de orina al ir al baño, y también de sangre. Estos se mandarán al médico automáticamente, quien decidirá qué hacer en cada casa. Aunque el profesional humano no desaparecerá, su presencia se reducirá considerablemente.


Así mismo el cajero del supermercado se ve amenazado. Amazon ya ha acabado con esta figura en su mercado inteligente, Amazon Go. Un sistema de cámaras y sensores sabe los productos que el cliente ha cogido de las estanterías y realiza el cobro en cuanto se sale por la puerta.

En cuanto a la seguridad del hogar y las alarmas ya existen estas soluciones alternativas basadas en IoT mediante la sensorización del hogar. El usuario recibe un mensaje si alguien extraño entra en casa -se discrimina con identificación facial-, cuando hay un foco de humo en casa, un movimiento, ruidos... El cliente de la solución puede conectarse a un circuito de cámaras interno para ver qué sucede. El inconveniente, de momento, está en que no llama automáticamente a la policía. Eso sólo lo hacen las alarmas profesionales. Tiempo al tiempo.


Termostatos inteligentes para el ahorro energético. Los termostatos sirven para regular la temperatura de forma automática, pero tienen los días contados tal y como los conocemos. En un tiempo no muy lejano sabrán cuándo estamos en casa y cuántos somos, si hay o no mascota, y aprenderá de las temperaturas preferidas por el usuario en cada hogar. De nuevo Google ya cuenta con un producto similar presentado recientemente en nuestro país. Se llama Google Nest. La compañía norteamericana asegura que permite ahorrar mucho en la factura energética. Si la figura del técnico que leía el cajetín de la luz o el gas ya estaba en peligro de extinción, estas soluciones IoT podrían ser su puntilla.


La policía, en guardia. La sensorización de las calles permitirá autorregular el tráfico y gestionar mejor los atascos mediante el uso controlado y automático de los semáforos. De igual forma, las cámaras y permitirán controlar mejor la seguridad en las calles con menos efectivos. En China ya se prueba un proyecto piloto que analiza el rostro de los ciudadanos y alerta de posibles conductas criminales. Se anticipa al crimen.


Sistemas de regadío: Los sistemas de regadío tradicionales que obligaban al agricultor a desplazarse para regar los huertos o encender los aspersores a distancia desaparecerán. Así, cada sembrado sabrá por sí mismo cuándo necesita agua, y se activará el regado de forma automática. Ya hay soluciones de este tipo funcionando a pleno rendimiento hoy en día.


Neveras respondonas. Las neveras conocerán qué productos faltan, cuáles van a caducar, y realizarán el pedido de aquello que se necesite a través de Internet al supermercado. La lista de la compra no es una profesión, pero sí una de tantas cosas que también desaparecerán con la expansión del IoT.


"Con tutoriales en Internet podremos hacernos sistemas de voz inteligentes, macetas que sabrán qué necesita la planta, como agua, minerales o sol, y un sinfín de cosas más. Es algo que veo a diario en Mioti. Hay tantas soluciones como imaginación tenga el usuario", explica Muñiz.

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