Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
Sufro incontinencia escritural, y escribo mucho, tal vez demasiado.
Una vez escrito el artículo correspondiente, lo dejo reposar unas horas, a veces un día o dos, mientras medito sobre su contenido, posibles cambios, cosas que me he dejado en el tintero, etc.
Y a continuación lo pongo en una botella, metafóricamente hablando, es decir, en un correo electrónico, y lo envío a numerosos medios de comunicación con los que colaboro, gratis et amore –para que no sufran mis adversarios-, quienes unas veces los publican y otras no, en función de su línea editorial, de la actualidad –o no- del tema, de la falta de artículos más interesantes que publicar, o de que no tienen nada que editar –hay que ser modestos-, etc.
Pero el correo electrónico que he recibido esta mañana del director y amigo de uno de esos diarios digitales, una excelente persona, dicho sea de paso, y totalmente sincero, me ha llamado mucho la atención, y voy a compartirlo con ustedes, porque es elocuente de lo que sucede en España.
Su mensaje dice así, y no voy a hacer ningún comentario:
“Ramiro, tan sólo avisarte de que no podemos publicar artículos contra el PP a partir de este momento, pues nos van a poner publicidad de lunes a viernes”.
Sólo me resta añadir: ¡Viva la libertad de expresión! ¡Viva el PP, y vivan las cadenas!
Una demostración de que en España los medios están supeditados a los grandes anunciantes, es decir, a los poderes fácticos. En otras palabras, "al dios dinero", que todo lo puede. ¡Qué triste!
¡Qué razón tiene el autor! Los partidos más ricos, PP y PSOE, dominan el "mercado" de los medios, en el que todo se compra y se vende. Debe de ser cierta la frase de: "no le digas a mi madre que soy periodista, ella piensa que trabajo de puta". Pues eso...
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