Luis Moreno: "Conviene que se dé un paso adelante para federalizar España de manera cabal"
Moisés B. Martínez.- Hablamos con Luis Moreno (CSIC) sobre su último libro, 'Trienio de mudanzas', en el que recoge artículos de opinión publicados en varios medios, entre ellos Catalunya Press, Press Digital o The Economy Journal.
Moisés B. Martínez.- Luis Moreno Fernández es sociólogo, politólogo, periodista y ensayista, investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del CSIC.
Sus trabajos científicos han incidido en los ámbitos del bienestar y las políticas sociales, la ciudadanía, la des centralización, la Europeización, el federalismo, la gobernanza multinivel, las identidades colectivas, el Modelo Social Europeo y los nacionalismos.
Es autor de 24 libros, 125 artículos y capítulos de libros, así como 140 recensiones, informes y otros textos académicos.
'Trienio de mudanzas. España, Europa y el mundo, 2013-2105' (Ed. Los Libros de la Catarata) es su último libro, en el que el autor recoge cincuenta artículos de opinión publicados en varios medios, entre ellos Catalunya Press, Press Digital o The Economy Journal.
-¿Por qué el período 2013-2015 ha supuesto una época de cambio, una nueva fase en el devenir histórico de la humanidad?
Tras los sucesos del 11-S en Nueva York y el posterior crack socioeconómico de 2007-08, nuestro mundo, incluidos Europa y España como particulares contextos de análisis, ha cambiado sustancialmente. Creo que más que una época de cambios hemos asistido a un cambio de época.
-Usted habla de dos escenarios socioeconómicos alternativos tras el crack económico de 2007, un modelo de individualización remercantilizadora u otro caracterizado por el neoesclavismo laboral. ¿Hacia cuál de los dos apuntamos? ¿Está preparada Europa para ofrecer un modelo alternativo?
Europa lo ofrece con su Modelo Social Europeo en el que se basa nuestro Estado del Bienestar, una “invención” europea al fin y al cabo. Pero es un modelo que está bajo asedio… Lo que califico como la presente Edad del Bronce del welfare (2008-¿?) puede convertirse en el preludio de una vuelta a la prehistoria de la protección social.
-¿Qué tienen las ideas neoliberales que las hacen tan seductoras?
El llamado “espejismo de la riqueza”… Es decir, que el individualismo posesivo de las gentes les hace pensar que pueden llegar a disfrutar de la vida de lujo de los “superricos”, apenas el 1 por ciento de la población. Se trata de una filosofía de vida irreal de consumo suntuario.
-¿Por qué nos estamos convirtiendo en 'clones sociales'?
La clonación social apunta a una sociedad ficticia en la que los nuevos súbditos clonados son “felices” a costa de haber eliminado el arte, la diversidad cultural o el conocimiento. El rasgo cualitativo de la civilización europea ha sido siempre la promoción de la ciudadanía --civil, económica, política y social-- como santo y seña de su propia supervivencia. La clonación social implicaría su deterioro y eventual eliminación.
-El cambio climático es uno de los grandes retos de nuestra sociedad. ¿Estamos realmente preparados para afrontarlo y cambiar radicalmente nuestros estilos de vida?
Cada vez se toma mayor conciencia de la importancia del cambio climático porque ya afecta directamente a las personas. Debe evitarse tal mutación si es que queremos mantener la vida, tal y como la hemos conocido en nuestro planeta azul.
-Naomi Klein dice que "el cambio climático es la narrativa más poderosa contra el capitalismo". ¿Qué opina de esta afirmación?
En su estupendo ensayo, ‘Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima’, la pensadora canadiense nos emplaza a una disyuntiva que no acepta el status quo de cruzarse de brazos y no hacer nada. O cambiamos radicalmente una economía capitalista que tiende a destruir nuestro hábitat humano, o nuestro mundo estará sujeto a desastres graves e irreversibles. En nuestras democracias los ciudadanos disponen de su voto para elegir a aquellos gobiernos que propongan acciones reales contra el cambio climático.
-La seguridad, la lucha contra el terror... son otros de los temas que continuamente nos preocupan. Hace unos días conocíamos en caso FBI contra Apple. ¿Debemos sacrificar parte de nuestra privacidad y libertades a cambio de vivir más seguros?
No nos confundamos… La privacidad, tal y como la conocíamos antes del 11-S, no existe. Con el caso del “chivato” Edward Snowden se alertó a la opinión pública de unas prácticas opacas que obtienen informaciones de las comunicaciones entre los ciudadanos no sólo por legítimas razones de ciberseguridad, sino con fines comerciales y de negocio… Recuérdese que tres de cada cuatro españoles utiliza internet en un modo u otro…
-Otro caso reciente ha sido el escándalo de Volkswagen. Todavía está por ver qué medidas tomará EEUU al respecto. ¿Qué debería hacer la UE?
El episodio VW debería hacer recapacitar a aquellos que manifiestan una cierta arrogancia septentrional respecto a los europeos del sur, a menudo vistos como aprovechados y despilfarradores meridionales. Europa y su economía de valor añadido no pueden permitirse hacer trampas en aquellos sectores en los que es tan competitiva, como el automovilístico.
-¿Qué lecciones nos ha dejado la última recesión económica? ¿Y qué consecuencias?
Circunscribiéndonos a la situación del Viejo Continente, debemos darnos cuenta que para preservar nuestro Estado del Bienestar y nuestro Modelo Social Europeo (MSE) debemos actuar mancomunadamente. Caso contrario nuestras actuaciones se disolverán en un híbrido que alimentará el egoísmo nacional y nos conducirá a la desnaturalización de nuestras culturas y modos de vida.
-¿Podría Europa prescindir de sus modelos de Estados de Bienestar?
En parte ya he respondido anteriormente… Sin su modelo social y sus valores de civilización, Europa se convertiría en presa fácil de la remercantilización de corte anglo-norteamericano o del “neoesclavismo” emergente en China o la India…
-¿Cómo es posible que Europa pueda ponerse de acuerdo en asuntos como el 'Brexit' y no sobre qué hacer con la crisis migratoria?
La pervivencia de los estados nacionales como actores cuasi exclusivos del proceso de convergencia europea es un resultado inevitable del proceso europeizador, pero es altamente patológico para la institucionalización política de una Europa unida. El caso de la crisis de los exiliados y refugiados lo ha ilustrado tristemente….
-¿Vivimos en una Europa asocial? ¿Dónde han quedado sus valores fundacionales?
Esos valores aún están entre nosotros, pero hay que cuidarlos y alimentarlos con acciones políticas, sociales y económicas que los respeten…
-¿Estamos ante una nueva recesión mundial? ¿Estamos preparados?
Se insiste en las últimas semanas que estamos en el umbral de una recaída económica y otra crisis cuando aún no ha finalizado la que se desató en 2007… La crisis es ante todo de confianza, no debe olvidarse…
-¿Qué encaje tienen los nuevos partidos en una Europa donde la austeridad manda?
Bienvenido sean los nuevos partidos que critican viejas fórmulas políticas obsoletas y sugieren nuevos trayectorias que eviten la perversa corrupción… Pero los votantes deben estar vigilantes de aquellos que proponen soluciones trágicamente conocidas en nuestro Viejo Continente de intolerancia, falta de libertades o racismo.
-¿Está obsoleto el Estado Autonómico? ¿Vamos hacia un Estado federal?
En realidad España es ya como una federación embozada. Se cubre el rostro para no parecerlo y la palabra “federal” no aparece en ninguno de sus textos constitucionales. Pero la “piel de toro” es esencialmente un país de textura federal. Es muy conveniente que se dé un paso adelante para federalizar nuestro país de manera cabal y someter el acuerdo a la aprobación de todos los españoles.
Tras las últimas elecciones generales, se habla del fin del bipartidismo. ¿Es el signo de un cambio de conciencia social con respecto a la política?
Naturalmente que el fin del bipartidismo es, ante todo, un cambio en las actitudes electorales de los españoles. Resta por ver si el sistema electoral se “estabiliza” en cuatro grandes formaciones de derecha, centro-derecha, centro-izquierda e izquierda.
-¿El fin del bipartidismo representa una oportunidad para la refundación democrática en España?
Es altamente aconsejable una nueva transición democrática que eventualmente tome forma en una revisión constitucional aprobada por la ciudadanía.
-¿Tenemos la clase política que nos merecemos?
Quizá la pregunta es como una “pescadilla que se muerde la cola” porque habría que establecer cuáles serían los merecimientos de los políticos y cuáles nuestras expectativas. En términos generales nuestra clase política no es particularmente diferente de la existente en otros países europeos de nuestro entorno geográfico y cultural.
-Usted ha dicho que existe confusión entre los conceptos 'nación' y 'estado' en la sentencia del TC de 2010 sobre la reforma del Estatut?
Una confusión no menor, por cierto. Ni las naciones deben constituirse en estados por fuerza, ni los estados deben estar conformados por una nación. Los tribunales constitucionales están para interpretar los textos jurídicos y no para auspiciar teoría política, o trágalas doctrinarios.
-¿Los soberanistas han aprovechado la crisis para justificarse?
Ciertamente han entendido que la situación de crisis económica ofrecía una “ventana de oportunidad” para sus planteamientos. De ahí la machacona falacia de aseverar que España roba a Catalunya.
-¿Estamos en un punto de no retorno?
Quiero y deseo que no sea así.
-¿Ha existido en algún momento un debate racional sobre el proceso de independencia de Catalunya?
A diferencia del caso escocés, que bien conozco, y que fue tema de mi tesis doctoral, ha predominado en los últimos tiempos una animadversión y hasta odio entre los nacionalismos recalcitrantes español y catalán.
-¿Qué acomodo encontraría una Catalunya independiente en la UE?
Nadie podría negar pedigrí europeo a Catalunya. Políticamente sería impensable excluirla de la Europa unida. Prefiero, sin embargo, pensar en una Catalunya in (ter) dependiente en Europa. La nación catalana puede encontrar adecuadamente su lugar en una España federal y una Europa unida con pleno respeto a su singularidad y deseo de autogobierno.
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