Dicen los estudiosos del idioma castellano que el soneto con estrambote tiene una intención o, si prefiere, un carácter humorístico. Miguel de Cervantes, profeta indiscutible del español en todo el mundo, lo usó en un famoso poema dedicado al Túmulo de Felipe II en Sevilla, que finaliza con la famosa frase del "valentón" que sirve de titular a este modesto artículo, que tiene como primer protagonista al Presidente de nuestro Gobierno, Don Mariano Rajoy, quien recientemente ha vuelto a visitar Catalunya para culminar lo que ha sido el trabajo de varios meses de su Delegado en esta comunidad o nación, según desde que parte de la trinchera se mire, Don Enric Millo, quien ha logrado encerrar en una sala, con la que está cayendo, al 90 por ciento del empresariado catalán para que, incluso sonrientes, escucharan a su jefe venido especialmente desde Madrid, lo cual, no es un hecho de menor cuantía.
Y es aquí cuando el periodista deja de ser protocolariamente educado y abandona el Don y pasa al Dan, que es lo que a Vds. puede interesarles. Pues sí, estuvo Mariano y prometió que ,"esta vez sí" enviará a este territorio en plena guerra civil unos cuatro mil millones en inversiones destinadas sobre todo a la obra pública. Y lo que es mejor, su Ministro de Hacienda dejó caer que está por la labor de aliviar la deuda de la Generalitat, que ya se sale de madre, de padre y hasta de toda la familia numerosa de la película que protagonizara el gran, pero muy olvidado, Pepe Isbert. Naturalmente, ninguno de los protagonistas del Govern Puigdemont se lo ha creído y si le preguntáramos a la gente, incluidos los que no somos independentistas, tampoco.
Los empresarios, en cambio, me refiero a los de Catalunya naturalmente, que siempre han bebido de la fuente del avellano, o sea del BOE, parece ser que sí, que se han quedado con la copla, seguramente porque llevan unos cuantos años sedientos del agua milagrosa que proporciona el Gobierno del Reino. Y también porque están como muchos de nosotros hasta los melindres de un procés que no termina nunca y por el que tanto nos hemos peleado los unos con los otros, incluso familiarmente.
Como nací gallego y me honro en editar en Galicia otro diario hermano de CatalunyaPress para que Vds. lo tengan, queridos lectores catalanes, presente en sus oraciones llamado GaliciaPress, sé, de buenas fuentes gallegas que Rajoy, cuando hablaba del maná catalán, tenía a su embajador en Bruselas trabajando bravamente para que la Oficina Europea del Medicamento, que tanto esperan en Barcelona, se venga definitivamente a España pero con la cláusula secreta de que acabe instalándose en Galicia. Lo cual no está nada mal, sobre todo para la biografía gallega de Mariano Rajoy Brey que pasaría a la historia de su también nación-comunidad por un hecho semejante al que hizo que esta semana se celebre en Sevilla el 25 aniversario de la llegada del AVE a España desde Andalucía, gracias a otro Presidente de Gobierno llamado Felipe González.
En aquel histórico momento todos sabíamos, hasta yo mismo que no soy experto en ferrocarriles, que el AVE más rentable sería el que uniera Barcelona con Madrid, algo que luego se ha podido demostrar con los números encima de la mesa, pero claro, Felipe, el del clan de la Tortilla, quería dejarle a sus paisanos un "detalle" que les devolviera el orgullo de sentirse andaluces y, de paso, reengancharles con el futuro. Por lo que parece, Mariano ha escogido el mismo camino y hasta es posible que se acabe saliendo con la suya. Así que lo de su paso por Catalunya es dar con una mano, la de delante, el pan, y con la otra, la de atrás, enseñar los peces.
Y por lo demás, como escribiera Cervantes, mucho me temo que luego miró al soslayo, fuese y no hubo nada...
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