Jordi Sánchez, la ANC y su respeto a la democracia

Carmen P. Flores

Jordi Sanchez ANC

Jordi Sánchez durante el inicio de la campaña por el 'sí' en el referéndum | Foto: Twitter ANC


Las últimas declaraciones del demócrata Jordi Sánchez, presidente de la ANC, en las que manifestaba que no le importa el porcentaje de participación en el "hipotético" referéndum, dejan de manifiesto su talante democrático. Pero no es la primera vez que no respeta los resultados, ni la legalidad de las urnas.


Tiene sobrada experiencia en estos menesteres. Cuando se disputaba la presidencia de la ANC con su compañera Liz Castro, ésta fue la más votada por los socios de la asamblea pero una maniobra en la oscuridad le llevó a conseguir que los miembros del secretariado lo eligieran a él. ¿Democracia 'dedocrática'?, eso parece.


Jordi Sánchez, politólogo y profesor en varias universidades catalanas, tuvo durante muchos años vinculaciones con Iniciativa per Catalunya, donde no encontró su "su espacio" pese a representar a este partido en la Corporación Catalana de Radio y Televisión.


El comunista reconvertido al independentismo después de su paso por la Crida a la Solidaridad de su "amigo" Ángel Colom ha tenido siempre trabajos bien remunerados. En su última ocupación, la de adjunto al Síndic de Greuges, su ex compañero de partido Rafael Ribó, cobraba la insignificante cifra de 104.225 euros anuales. Puesto que dejó para hacerse con la presidencia de la Asamblea Nacional Catalana. Nadie conoce -nunca lo han hecho público- el sueldo que percibe por su trabajo en la misma. ¿Por qué el secretismo de su salario? ¿Donde están las cuentas de la ANC? ¿Dónde está la transparencia que predica? Son preguntas que alguien algún día tendrá que explicar.


Según la actitud del máximo responsable de la ANC, una persona que acusa al gobierno español de no respetar las leyes, ahora resulta que la democracia de los demás no tiene importancia porque su fin, no el de la mayoría, le importa tres pepinos. Aplica aquel viejo principio que dice "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago". Ya saben ustedes quién lo dice.


La salida de tono de Jordi Sánchez demuestra la falta de respeto a los derechos de los ciudadanos que no piensan como él y viene a ser como la desesperación de alguien que quiere seguir engañando a una parte de la sociedad, que ha puesto muchas ilusiones en un proceso que él sabe perfectamente que no va a ser posible por las "buenas".


Jordi Sánchez, el demócrata que aplica siempre "el fin justifica los medios", lleva una carrera a la desesperada que pagará muy caro, por mucho que le hayan prometido. No se debe tener una actitud antidemocrática porque alguien puede pensar también aquello de "donde las dan las toman". 

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