La iglesia católica, dividida ante la independencia de Catalunya
En la Conferencia Episcopal cuatro cardenales en activo, sus 12 arzobispos, 52 obispos y 14 obispos auxiliares, la mayor parte de ellos son partidarios de la llamada 'unidad nacional'.
La Conferencia Espicopal está divida en dos sobre Catalunya.
En la Conferencia Episcopal sus cuatro cardenales en activo, sus 12 arzobispos, 52 obispos y 14 obispos auxiliares, la mayor parte de ellos son partidarios de la llamada 'unidad nacional'.
En la tarde del pasado 27 de septiembre, a tan solo unos días de la DUI catalana la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) hacía leer ante los periodistas a su presidente, Ricardo Blázquez, cardenal y arzobispo de Valladolid, una 'nota' sin preguntas donde la jerarquía católica se posicionaba ante el más grave ataque a la unidad de la 'católica' España.
En esa 'nota', que recogía a su vez el comunicado de los obispos catalanes, se pedía que ante el 1-O que "se eviten decisiones irreversibles y de graves consecuencias". Oraciones y fraternidad. Punto.
¿ Y que había pasado en el seno de la CEE?. Algo tan sencillo como que se había impuesto la posición de los obispos catalanes , cuyo cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, llevaba la voz cantante y la representación del resto de sus hermanos catalanes en el episcopado.
En la Conferencia Espiscopal Española el tema del intento de secesión catalana los ha dividido en dos. Son una inmensa mayoría los obispos contrarios al independentismo, pero es también una realidad que a tenor de su última 'nota' la fuerza de la jerarquía católica catalana es algo a tener en cuenta.
Omella había convencido a Blázquez de que necesitaba apoyo para sus obispos, curas y frailes, bastante de ellos totalmente desatados y que finalmente dejaron sus iglesias y sacristías para esconder urnas y posteriormente apilar votos. Y contó con la inestimable ayuda del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en teoría máxima persona de confianza del Papa en España.
Pero muchos de esos obispos y algún que otro cardenal se desmarcaron en público o privado rápidamente de la nota de la CEE. Desde el propio Cañizares al vicario general castrense, Juan del Río, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández González, el de Sevilla, Juan José Asenjo, y en especial, por su significado territorial, los de Bilbao, Mario Iceta, y San Sebastián, José Ignacio Munilla. También el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes. Además un destacado grupo de la Iglesia catalana afirma que el Tribunal Constitucional y las fuerzas del orden están "vulnerando derechos humanos" y pisoteando la "dignidad" de Catalunya.
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