¿Dónde está el Barça Lassa?

La falta de autoestima y la pérdida del rumbo ganador están minando a una de las mejores entidades del planeta.

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Bara lassa

 

Bara lassa

Imagen del Barça tras perder contra Efes.


No hace mucho que el Barça molaba. De verdad, no hace mucho. Yo me acuerdo y soy muy joven. Lo que no sé es si dejó de interesarme antes la ACB o el FC Barcelona.


Ese Barça que llegaba a la Final Four, que ganaba ligas, que jugaba tan bien, que emocionaba ver con Robirosa. Bodiroga, Pete Mickeal, Jasikevicius, Lakovic, Lorbek, el buen Navarro... hasta la irregularidad espantosa de Ricky Rubio me valía. 


Pero de repente, todo cambia. Los grandes se hacen mayores, se retiran, y los que vienen detrás no les llegan ni a la suela del zapato. 


En las temporadas más recientes, un todopoderoso como el Barça ha tenido, como base titular, a Marcelinho Huertas, un hombre que ha sido uno de los hazmerreír más grandes de la historia de la NBA en su efímera carrera en los Lakers.


Como alero, presumiblemente titular, aún tiene a Víctor Claver, un hombre que en Pamesa daba por saco, era correoso, y en los Trail Blazers NO jugaba. Cero.


Y lo demás son un puñado de medias tintas. Pero lo que más me alucina es cómo un equipo de la categoría de la entidad blaugrana se ha convertido en una fábrica de dar segundas oportunidades. En las últimas campañas estamos viendo como recogen de la miseria a varios jugadores NBA cortados, descartados.


Pero vamos a ver, De la Fuente: que si un equipo echa a un jugador es que es malo de narices. Es lo que jamás comprenderé. Ese bajón de autoestima y calidad que atraviesa el Barça, pero sobre todo de autoestima, de no creérselo.


Aún recuerdo cómo, una pretemporada, el Barça ganó a los Lakers de un todavía sano Kobe Bryant. En aquel partido, Pete Mickeal se comió a la leyenda norteamericana que, todo hay que decirlo, salió a pasearse, al 10%. Pero Mickeal, tras anotar un 2+1, se revolvió y chilló en la cara del '24': "¡Dame tu dinero, tengo que cobrar lo mismo que tú!" Eso es confianza. Eso era el Barça.


Ahora vienen las pestes, los detritos de la NBA y, cuidado, que encima les dan bombo. Lean.


Víctor Claver. Tres temporadas en los Portland Trail Blazers. Media de 3,2 puntos por partido. Phil Pressey, tres temporadas en la NBA (dos en Boston y una en Philly). Media de 3,2 puntos por partido. Les juro que yo también puedo promediar eso.


Luego vienen Alex Renfroe y Rakim Sanders, dos hombres que no fueron ni elegidos en los Drafts de 2009 y 2012. En otras palabras, que los 30 equipos de la NBA pasaron DOS veces de escogerlos. En el Draft de 2009 salió Blake Griffin, Stephen Curry... ¡Anda! Víctor Claver, y hasta Sergio Llull. Qué festival.


Espérense, que viene lo mejor. Xavier Munford, un hombre que llega nada más y nada menos que al FC Barcelona después de ser escogido en TERCERA ronda de la D-League, la liga de desarrollo de la NBA. O sea, la medianía entre las medianías. 14 partidos duró en Memphis. Pero pase usted, Xavi, bienvenido, oiga.


Y encima hay que 'quitarse el sombrero' ante un 'veterano' como Kevin Seraphin, que pasó cinco temporadas en los Wizards, una en los Knicks y una en los Pacers, con un promedio de -redoble- 5,9 puntos por partido. Todo el que conoce el baloncesto sabe que el primetime de un jugador profesional empieza a los 28 años. Adivinen qué edad tiene Seraphin. Pues eso.


Y Navarro con la bolsa de suero y las pantuflas. Pues cuatro derrotas en seis partidos y ayer 85-89 contra Efes. Ahora vuelve a por otra.

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