¡Por fin!

Manuel Fernando González Iglesias

Faccha del Pazo de Meirás


Bueno, esta vez. parece que esta vez va en serio. El Congreso de los Diputados ha decidido que el Pazo de Meirás vuelva a sus legítimos dueños, o sea, a los gallegos de Sada y sus alrededores, que son los que pagaron y hasta perdieron sus tierras para que el general Franco se quedara con la casa de campo de Emilia Pardo Bazán.


No se si la ley expropiará a los Franco, ni me importa. El gesto de la mayoría del Parlamento español votando contra esta injusticia histórica, llena mi alma de gallego de sosiego humano, que se quedará definitivamente en paz, cuando tengamos una resolución definitiva que convierta el escenario de tantos veranos del dictador en un lugar de culto para la memoria histórica de aquellos que fueron vilmente asesinados o perseguidos durante la "Longa Noite de pedra" que nos describió en un hermoso libro de poemas Celso Emilio Ferreiro.


Si el Ayuntamiento de Sada se encarga pronto de regular las visitas al Pazo, seguramente vendré desde Barcelona a ver las estancias de un edificio que desde niño contemplé desde el Exterior y que en los 67 años de vida que tengo nunca pude ver por dentro como otros tantos paisanos de varias generaciones. Dicen que los austriacos expropiaron la casa de Hitler hace ya bastantes decenios. Aquí no ha sido posible enmendar esta barbaridad histórica de Meirás todavía, pero como nunca he perdido la fe, estoy seguro de que esta vez va la vencida por muchos amigos que le queden a la familia de Franquito y argumentos legales que esgriman los caraduras de sus herederos. Se acabó, no lo que se daba, sino lo que se robaba. Solo queda convertir el Valle de los Caídos en otro Memorial y sacar de allí los restos de Dictador y colocarlos en el cementerio de El Pardo al lado de los de su esposa Carmen.


A partir de ese momento, nos sentiremos todos un poco más iguales ante la ley y ante la historia. Si además desenterramos y devolvemos a sus deudos a los republicanos que están enterrados en las cunetas y en las fosas comunes, nuestros abuelos dejaran de reírse de nosotros por haber tardado tanto tiempo en hacerles justicia.


Feijóo, ponte las pilas y haz posible que pronto podamos entrar en Meirás, marcáte un "Gürtel" y pídele a Rajoy un Juez o Jueza que agilice los trámites. Y si no sabes cómo, pregúntaselo a su Ministro Catalá, que te explicará en vivo y en directo lo de la separación de poderes, que es lo que se dice en estos casos de máxima dificultad. Dile que sí, que vale y luego deja que los acontecimientos vayan colocando cada cosa en su sitio. Y si te faltara valor, querido Presidente, para afrontar este reto de devolver a tu pueblo el Pazo que le arrebataron, recuerda aquella frase de Doña Emilia Pardo Bazan que dice:


"Hay en la vida momentos supremos en que el sentimiento, oculto largas horas, se levanta rugiente, y avasallador, y se proclama dueño de un alma".


Pues eso, Don Alberto, que los de Ourense somos así de valientes. 

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