Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
Un buen amigo me decía que la solución de los males de España estaba en la Constitución del 78, y seguramente no le faltaba razón.
Que simplemente, había que aplicarla. Y la verdad es que la única ocasión en que se ha acudido directamente a un precepto constitucional, el artículo 155, el resultado ha sido bastante satisfactorio…
Y ello a pesar de la existencia de una corriente doctrinal partidaria de su inaplicación, basándose en que no había una ley de desarrollo del artículo, como si el texto del mismo no fuera claro y contundente, estableciendo diversos requisitos para poder implantarlo.
Hoy, en el día de la Constitución, 39 años después de su aprobación, nos encontramos ante un texto que es meramente decorativo, que en la práctica no se aplica, y que realmente va a morir de muerte natural, pero no por uso, sino por desuso.
En efecto:
- Artículo 2: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española…”.
Lo cierto es que estamos al borde del precipicio de la desintegración humana y territorial de España, y a nadie parece importarle demasiado.
- Artículo 3: “El castellano es la lengua española oficial del Estado…”.
Lo cierto es que, hoy por hoy, es imposible opositar a nada sabiendo solamente español en Cataluña, País Vasco, Galicia o País valenciano, por ejemplo. Las lenguas vernáculas, en algunos casos meros dialectos “elevados” a la categoría de lenguas, se imponen y superponen por encima del español, al que la propia Constitución llama castellano…
- Artículo 8: “Las Fuerzas Armadas… tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional…”.
Lo cierto es que no han dicho ni pio en relación con el golpe de estado de los separatistas catalanes, a excepción de la Guardia Civil que, como siempre, ha hecho lo que ha podido, en condiciones penosas y totalmente desfavorables. ¡Vaya mi gratitud hacia ellos!
- Artículos 14, 23 y 103: establecen la igualdad y publicidad en el acceso a los cargos y empleos públicos, en virtud de los mayores méritos y capacidad.
Lo cierto es, y lo sabe un tonto, que en España quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. El acceso a los empleos públicos se produce, mayoritariamente, por enchufe, amistad, afinidad ideológica o sindical, pertenencia al partido político en el poder en la administración o institución correspondiente, etc. ¡Son el botín del vencedor!
- Artículo 15: “Todos tienen derecho a la vida…”.
Lo cierto es que cada año más de cien mil niños indefensos son asesinados en las entrañas de sus ¿madres? sin que a nadie le quiten el sueño estos asesinatos de seres totalmente indefensos.
Somos una sociedad enferma y criminal, y algún día Dios, y la propia supervivencia de la especie, nos pedirán cuentas por ello.
Mientras tanto España se está repoblando de emigrantes, la mayoría de los cuales vienen aquí no a vivir con nosotros, sino a vivir de nosotros, usando y abusando de las numerosas ayudas sociales que toda clase de entidades públicas, privadas y medio pensionistas (es decir, ONGs que viven de los presupuestos públicos) les dan, incluyendo entre ellas a la Iglesia Católica, que ayuda más a los musulmanes, por ejemplo, que a sus propios fieles…
- Artículo 16: “Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.
Lo cierto es, que solo es cuestión de tiempo, de poco tiempo, que empiecen a asaltarse las iglesias y conventos, y ya ha habido algunos precedentes al respecto.
Se menosprecia cualquier manifestación de religiosidad en público, mientras se apoyan y exaltan las confesiones minoritarias, que escasamente representan a una mínima parte de la sociedad española, la mayoría de ellos extranjeros.
- Artículo 24: “Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos…”.
Lo cierto es que sin un buen abogado, puede darse uno por jodido, por mucha razón que tenga.
El sistema judicial se basa en el dinero, no en la razón, pues habiendo dinero siempre encuentras un abogado que retorcerá los hechos, y hasta el derecho y la jurisprudencia, para hacer que las cosas se vean de la forma más beneficiosa para el cliente, con lo cual quien acude al sistema judicial acaba muchas veces más bien ajusticiado, que otra cosa…
Por no hablar de las demoras, y los años y años que uno consume sus energías en unos procesos auténticamente kafkianos, que parecen destinados a disuadir a la gente de pleitear.
- Artículo 27: “todos tienen el derecho a la educación… Los poderes públicos inspeccionaran y homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las leyes…”.
Lo cierto es que en muchas comunidades autónomas, Cataluña y el País Vasco por ejemplo, y últimamente también en la comunidad Valenciana, se utiliza torticeramente la enseñanza para adoctrinar a los pobres e indefensos niños, desde los 3 años, para que “aprendan” a odiar a España, el Estado opresor –según ellos-, sin que nadie haga algo para impedirlo.
- Artículo 28: “Todos tienen derecho a sindicarse libremente…. Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”.
Lo cierto es que, 39 años después de promulgada la Constitución, los varios miles de diputados y senadores que hemos tenido, todavía no han tenido tiempo, ganas, o simplemente, coraje, para promulgar una ley de huelga, como sí existe en todos los países civilizados, que evite los abusos que sufrimos la población civil, totalmente indefensa e inerme ante los excesos de los sindicatos, que actúan más como partidos políticos o grupos de presión, que otra cosa…
Y si este es el panorama en lo que respecta a los derechos fundamentales, que son los relativos a los artículos 14 a 30 de la Constitución, imagínense ustedes cual será el panorama para el resto de los artículos.
En fin, feliz Día de la Constitución, sobre todo para los que viven de ella.
Es la realidad. Todo el mundo habla de la necesidad de reformar la Constitución, pero nadie habla DE LA NECESIDAD DE APLICARLA, pues da la casualidad de que nunca se ha aplicado, DE VERDAD.
La pura realidad. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Celebro haber "caído" en este artículo, tan opuesto a lo "políticamente correcto", y precisamente por ello, TAN CERTERO.
Este señor tiene más razón que un santo. ¡Menos mal que por una vez leo a un jurista y puedo entender lo que dice!
La pura y dura realidad. Es triste decirlo, pero es así. La Constitución del 78 morirá de muerte natural, pero no por vieja, SINO POR NO SER APLICADA, por inanición, dejadez, pasotismo y cobardía.
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