Quedan menos de 24 horas para que el Parlament de Catalunya, mejor dicho, los grupos independentistas del mismo intenten investir al nuevo president de la Generalitat de Catalunya y ellos han elegido como candidato a Carles Puigdemont, pese a la imposibilidad de que se haga realidad el "sueño" imposible, como ellos bien saben. Es aquello de mantenerla y no enmendarla, o enredar más la troca para hacer ruido mediático.
Tres diputados de JuntsxCatalunya, Puig, Ponsantí y Serret han renunciado a su acta, para que sus escaños sean ocupados por los siguientes de la lista y poder tener la mayoría necesaria. Toni Comín de ERC, sigue aferrado al sillón. Es una manera de ganar un salario –sin trabajar- para seguir viviendo, aunque no se descarta que siga los pasos de sus compañeros.
La CUP, por su parte ya ha dicho que podrán contar con su voto, si el candidato es Puigdemont y descubre que ha pactado con JxCAT y ERC el impulso de una asamblea constituyente de la República, los otros dos socios no han dicho nada. ¿ Estarán de acuerdo Turull y Rull que les prometieron al juez actuar por la vía legal, del diálogo y la negociación?. O como la mayoría de la gente pensaba solo era una estrategia para salir de la prisión. ¿ Qué pensará ahora el juez que se lo "creyó"?. Hay cosas que nunca cambian.
Puigdemont da un paso más en su estrategia y pide permiso al juez para poder asistir a la sesión de "investidura", cuando conoce perfectamente que eso , legalmente, no va a ser posible.
Mientras, el president del Parlament tiene ahora la pelota encima de su tejado para desconvocar el pleno del martes, o seguir con su hoja de ruta y mantener su convocatoria. ¿ Estará desojando la margarita o esperando un milagro de última hora?. En esta tesitura los partidos de la oposición siguen con la incertidumbre y el desasosiego de una situación realmente indignante.
Junqueras, continua en silencio desde hace unos días y en su partido, ERC la división entre los dos sectores es más que evidente, por mucho que lo disimulen.
Con este panorama, igual resulta que como dice el refrán "los últimos serán los primeros" y la Señorita Pepis, es decir Elsa Artadi será la elegida por Puigdemont para ocupar su lugar, pensando que él puede manejarla en la distancia. Podría repetirse la situación vivida por Artur Mas cuando lo nombró a él candidato y al poco tiempo, el alumno sabía más que el "maestro" y rompió las amarras para seguir navegando solo, sin comprobar por donde soplaba el viento. Eso suele pasar en las mejores familias.
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