El futuro después de la amnistía: del referéndum a la consulta para aprobar un nuevo Estatut
Analizamos cuál puede ser el futuro del independentismo catalán tras la hipotética amnistía.
A finales de septiembre el Parlament aprobó una propuesta de resolución donde marcaba la hoja de ruta de los partidos independentistas en la negociación para investir de nuevo al actual presidente en funciones Pedro Sánchez. En documento aprobado por ERC, Junts y la CUP, se defendía la necesidad de una Ley de Amnistía "para dejar sin efecto aquello que se había tipificado como infracción penal o administrativa, en relación a la defensa del ejercicio del derecho a la Autodeterminación de Catalunya". A continuación, señalaba la única vía que permitirá "la resolución del conflicto político entre Catalunya y el Estado Español", que es "el ejercicio del derecho a la autodeterminación, es decir, que Catalunya pueda decidir su futuro colectivo a través de un referéndum".
Sin embargo, y a pesar de esta promesa por parte de las fuerzas independentistas, parece que el referéndum no se va a convertir en una línea roja para investir a Sánchez, tal y como han apuntado líderes independentistas como la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Si acaso, será una lucha que se librará con el líder socialista ya investido, porque seguirá necesitando los apoyos de los mismos partidos para sacar los presupuestos y las leyes adelante.
La decisión de los líderes independentistas de aparcar el referéndum - de momento- se debe a la rápida respuesta de varios líderes del PSOE, incluido el presidente Pedro Sánchez, que han planteado el referéndum de autodeterminación, o una consulta sobre la independencia de Catalunya, como una de las líneas rojas que los socialistas nunca van a aceptar. Y en este contexto, la pregunta es: ¿Lograrán los socialistas ofrecer un menú suficientemente suculennto como para que los independentistas renuncien al referéndum tras la amnistía?
La solución para contentar a los dos bandos, según apuntan varias fuentes, podría pasar por una consulta sobre el Estatut que modifique la relación entre el Estado y Catalunya - y que zanjara para siempre el conflicto iniciado en 2010, cuando el Tribunal Constitucional suspendió el Estatut aprobado por el Parlament y la ciudadanía catalana-. Las principales demandas de los independentistas en este nuevo documento pasarían por buscar un nuevo sistema de financiación que solucione el déficit catalán, el traspaso de más competencias, o incluir en el Estatut la posibilidad de realizar una consulta sobre la independencia de Catalunya.
Es difícil pensar que los socialistas pudiesen aceptar que el Estatut contemplara la posibilidad de una consulta, pero si es realista que accedan al resto. En público, el PSOE aún no quiere incidir en la consulta estatutaria ni avanzar las concesiones que tendrá que seguir haciendo a Catalunya tras la amnistía, pero dirigentes como Óscar Puente ya han dejado a entrever que una votación puede ser posible en Catalunya. "Si se pretende una consulta para valorar un marco de consulta, eso cabe en la Constitución", afirmó hace pocos días el exalcalde de Valladolid. Y más contundente ha sido Salvador Illa en algunas ocasiones, cuando ha apostado por un referéndum donde se vote un nuevo estatuto. "Estamos a favor de mejorar el autogobierno, y una herramienta es un Estatuto", dijo el líder del PSC en 2021. ¿Aceptarán los independentistas la iniciativa socialista de volver a un marco diálogo como el anterior a la sentencia del Estatut de 2010? Para que una negociación sea provechosa, todos los bandos deben ceder,
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