Un grupo de jóvenes catalanes con sordera consiguen cantar frente al Papa

En su repertorio, interpretaron temas icónicos como We Are the Champions de Queen, Hallelujah de Leonard Cohen o Waterloo de ABBA

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Papa
Foto: EuropaPress

 

Una discapacidad no sirve como impedimento para hacer cosas que quieras, en muchas ocasiones. Y si no, que se lo digan a la Joven Orquesta Graeme Clark, un coro de 12 adolescentes catalanes con sordera severa o profunda que cantaron en la audiencia general frente al Papa Francisco en la Plaza de San Pedro.

Gracias a implantes cocleares, estos jóvenes pueden escuchar y, sobre todo, pueden hacer música. En su repertorio, interpretaron temas icónicos como We Are the Champions de Queen, Hallelujah de Leonard Cohen, Waterloo de ABBA y el clásico cubano Guantanamera, emocionando a todos los presentes, incluido el propio pontífice.

La Joven Orquesta Graeme Clark, formada en 2019 en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y promovida por la Fundación GAES Solidaria, busca visibilizar el potencial de las personas con implantes cocleares y concienciar sobre la pérdida auditiva. Este dispositivo, que sustituye la función del oído interno dañado, ha permitido a estos jóvenes desarrollar sus talentos musicales y llevar un estilo de vida prácticamente normal.

Arnau Pozas, un saxofonista de 17 años, expresó su emoción por tocar frente al Papa. "Es muy importante para nosotros mostrar que, a pesar de nuestra sordera, podemos hacer música", comentó. Su hermana Mireia, de 13 años y clarinetista, fue más allá, destacando la importancia de su actuación para romper barreras. “Queremos demostrar que las personas con discapacidades pueden seguir adelante y cumplir sus sueños”, afirmó emocionada.

Antes del concierto, los integrantes de la orquesta tuvieron la oportunidad de saludar personalmente al Papa Francisco, compartir su historia y entregarle un libro con fotografías de su experiencia. Este encuentro fue un reconocimiento a su esfuerzo y dedicación.

María José Gassó, presidenta de la Fundación GAES Solidaria, elogió el arduo trabajo de estos jóvenes y enfatizó la importancia de visibilizar patologías como la sordera. “Aunque es difícil, estos niños nos muestran que pueden tocar música y vivir plenamente”, afirmó.

El proyecto, que nació como una iniciativa para apoyar a familias con niños con sordera, ha alcanzado un hito al presentarse ante el Papa, demostrando que los límites pueden ser superados con esfuerzo y pasión.

 

 

La Orquesta Graeme Clark está formada por: Jordi Cos, director y presidente de la Orquestra Simfònica del Vallès; Arnau Pozas Saiz (saxo); Mireia Pozas Saiz (clarinete); Abril Vargas Serrano (flauta); Adam Hanus Roca (trompeta); Jade Yunli Campos Marqués (flauta); Miquel Bové Cristià (clarinete); Arnau Font Ribas (flauta travesera); Gael Morón García (piano); Martina Morón García (guitarra); Claudia Pintó Rafel (flauta travesera); Lucía Rodríguez Castelló (viola); y Carla Rodríguez Castelló (violonchelo).

Para estos dos conciertos en el Vaticano, la Orquesta Graeme Clark también ha contado con la participación de los músicos de la Orquestra Simfònica del Vallès Laura Casals Vilamú (violín), Joan Collell Domènech (contrabajo) y Francisco José Sánchez Bruno (batería).

 

Promover la inclusión

 

La orquesta debe su nombre al profesor Graeme Clark, quien desarrolló el primer implante coclear multicanal del mundo, y busca demostrar el potencial de las personas con implantes cocleares en el ámbito musical y social, así como promover la inclusión y la sensibilización sobre esta tecnología.

La colaboración entre la Fundación GAES Solidaria, el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, y Cochlear ha proporcionado los recursos y el apoyo necesarios para que estos adolescentes puedan aprender y participar en actividades musicales, como ensayos y conciertos. 

A esta iniciativa se suma la asociación T-Oigo, cuya misión es apoyar a familias con jóvenes que usan implantes cocleares o audífonos. Según explican, el implante coclear es un dispositivo médico que sustituye la función del oído interno dañado. Consta de dos partes: una externa, llamada procesador de sonido, y una interna, que se ubica en el oído interno mediante una intervención quirúrgica. 

El procesador recoge y transmite el sonido, codificado digitalmente, a la parte interna del sistema, que convierte estas señales en impulsos eléctricos y estimula así el nervio auditivo. Éste envía los impulsos al cerebro, donde se interpretan como sonido.

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