Puigdemont no teme ir a elecciones y apuesta por la marca JxCat alejándose del PDECat
El ex president considera que “hay mucha esperanzas depositadas en JXCat” y que de cara a las próximas citas electorales, este movimiento político se debe convertir “en una herramienta de largo recorrido”.
El expresidente Carles Puigdemont con la coordinadora general del PDECat, Marta Pascal
En su intervención, este sábado, en la reunión de trabajo de los diputados del PDECat, Carles Puigdemont ya adelantó que la celebración de unas nuevas elecciones no sería ningún desastre. Esta sería una posible salida a la situación de máximo bloqueo que vive la política catalana.
El veto judicial a la investidura de los candidatos propuestos por el president del Parlament contribuye a unificar posturas entre los independentistas en contra del Estado. Pero el más que posible rechazo del Tribunal de Derechos Humanos a admitir la causa de Jordi Sánchez podría activar el compromiso entre JxCat y ERC de que Puigdemont ofrezca una tercera alternativa en el plazo de 24 horas tras conocer la decisión de Estrasburgo.
Según expone este domingo La Vanguardia, “el elegido por Puigdemont para sustituir la candidatura de Jordi Sànchez puede ser Jordi Turull, pero el problema sigue siendo el mismo o incluso aumentar. Si la CUP se mantiene en la abstención, fuentes de JxCat y de ERC sostienen que sería el momento de presionar a Puigdemont y Toni Comín en Bruselas para que renuncien a sus escaños y el marcador en el Parlament señale el 66-65 que permitiría una investidura en segunda ronda. “No podemos sacrificar dos veces al president”, sostienen de momento los negociadores oficiales de JxCat. Pero el grupo parlamentario las opiniones ya van por barrios y en el entorno de ERC, aunque Comín se resiste incluso reivindicando un puesto en el futuro Govern, están dispuestos a trabajar en esa línea. Pero el voto de los anticapitalistas también podría variar de la abstención al no alegando la trayectoria convergente del candidato, lo que no dejaría más margen que la repetición electoral”.
Una opción para sumar los votos de la CUP y mantener la mayoría independentista en el Parlament sería proponer un candidato del agrado de los anticapitalistas. Para ello suena el nombre de Quim Torra. Pero mientras Puigdemont no ve ninguna tragedia en acudir nuevamente a las urnas algunos sectores de JxCat lo contemplan como “una ruleta rusa”.
Por su parte, ERC, según cuenta ‘La Vanguardia’, se ha volcado “en la conquista de nuevos mercados de votantes incluso en la hipótesis de que Oriol Junqueras esté inhabilitado a partir del auto de procesamiento del Supremo, mientras que JxCat es víctima de la ley del karma y el todo vuelve. La relación entre Puigdemont y su partido vuelve a tensarse. Primero porque la marca Junts per Catalunya es del PDECat, segundo porque la generosidad del PDECat no tiene por qué repetirse y tercero porque Carles Puigdemont ya había dado un paso atrás que ahora no tiene sentido desandar volviendo a optar a la presidencia. Se añade, al igual que con el líder de ERC, que cuando llegue la fecha de las elecciones podría estar inhabilitado”.
Así, “el PDECat está atrapado porque los negociadores son dos de sus exponentes en el grupo: Josep Rull y Jordi Turull, y porque Marta Pascal aspira a ser senadora, con los votos de todo el grupo, pero la propiedad de la marca electoral aumenta su precio. El equipo de Puigdemont ya ha hecho una prospección en el partido sobre la disponibilidad para emplear la marca electoral, pero difícilmente el partido aceptará otro “trágala” y, si Puigdemont no se puede presentar, la lista “no será la del president”, sostienen. Su intervención de ayer en la reunión del grupo parlamentario en Vilafranca acabó por desconcertar a la dirección del partido”, asegura ‘La Vanguardia’.
Puigdemont defendió que se está construyendo “un movimiento político”, no sólo un grupo parlamentario o una candidatura electoral. De hecho, señaló que “se deberá articular pronto” y pidió “unidad y generosidad”. Pero para el PDECat la marca cedida a Puigdemont debe servir para aumentar su influencia, no para matar al partido. De hecho, tras el 21-D, hubo un aluvión de registros de la marca Junts impulsados por líderes locales del PDECat.
El ex president considera que “hay mucha esperanzas depositadas en JxCat” y que de cara a las próximas citas electorales, este movimiento político se debe convertir “en una herramienta de largo recorrido”. Puigdemont apuesta por un movimiento político que represente la nueva política en su estado más puro, que dé forma a una nueva república “con los mejores valores de la humanidad”. Al parecer, algunos de los alcaldes que también formaban parte de la candidatura han pedido a Puigdemont seguir el ejemplo de Junts per Catalunya, y articular las candidaturas municipales bajo el paraguas de “Junts per Barcelona, Junts per Tarragona, Junts per Girona, Junts per Lleida” o cualquier municipio donde se pueda articular una confluencia parecida a la que, en las municipales de 2015, arropó a las candidaturas de Ada Colau y Manuela Carmena.
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