Trifulcas, nervios, reproches y acusaciones en la era del President Torra
Quim Torra, el nuevo 'president' desconcierta a los suyos: aplaude el himno nacional, apenas comparece ante los medios, desoye a Puigdemont, le cede todo el protagonismo a Elsa Artadi, y se marcha a Washington a un cónclave como invitado.
Quim Torra, el nuevo 'president' desconcierta a los suyos: aplaude el himno nacional, apenas comparece ante los medios, desoye a Puigdemont, le cede todo el protagonismo a Elsa Artadi, y se marcha a Washington a un cónclave como invitado.
La 'internacionalización' sigue siendo un aspecto obsesivo de los golpistas. Meritxell Serret, exconsejera de Agricultura y también procesada por el Supremo, acaba de ser nombrada delegada de la Generalitat en la capital belga, una forma de facilitarle un ingreso mensual mientras permanezca fuera de España.
La nueva líder de la ANC, Elisenda Paluzie, ha cargado contra el 'Govern': "la independencia se proclamó pero no se ejecutó. Por tanto, es una derrota más que una victoria, porque los dirigentes decidieron no defender la República". Paluzie está indignada con Torra y con Puigdemont. Piensa que se ha bajado la guardia, que se están arriando algunas banderas principales.
El independentismo hace aguas y Clara Ponsatí, exconsejera de Educación, huída en Escocia, lo declaraba abiertamente ante los medios: "Esto era una jugada de póker e íbamos de farol". Los dirigentes se niegan a reconocer el desastre mientras Torra se mantiene en el discurso del 1-O en el que ya poca gente cree.
Las tensiones en la familia independentista , se palpan en el ambiente. Torra no es referente de nada, nadie le ha votado, ni siquiera tiene partido. Puigdemont aparece como una pantomima. El secesionsimo intentará recobrar el pulso perdido para la Diada de Septiembre, que empieza a diseñarse como una concentración más en defensa de los presos y del 1-O. Mientras tanto, las puyas y los reproches siguen emergiendo.
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