​¿Resiliencia en la vejez?

Miquel Escudero

Cuando la vejez llega, lo hace de maneras muy diferentes. Depende de las épocas y de los lugares en que se viva, depende de la actitud que se tenga ante la vida, depende también de quiénes nos rodeen.


Vejez


Hay pérdidas evidentes al ir acumulando años, pero también algunas ganancias que acaso lleguen tarde, o más bien, desfasadas; así es la experiencia de la vida. El asunto es si nos hemos hecho con un mundo íntimo o si, por contra, despreciamos de forma continuada la intimidad; demasiada gente no sabe ni quiere distinguir lo privado de lo público, y así nos va. Y si, a partir de este mundo íntimo y personal, lo sabemos verbalizar, esto es, expresarlo de palabra y vigorizarlo.


En todo caso, con los años estamos abocados a renunciar y a optimizar. Hay que haber aprendido a relativizar el presente, conviene estar rodeado de apegos verdaderos y consistentes. En la carrera de obstáculos que es la vida se precisa flexibilidad y capacidad de adaptación.


Envejecer puede resultar un trauma, y entonces cobra sentido y oportunidad el proceso de resiliencia (la capacidad de salir bien librado y seguir desarrollándose a pesar de la adversidad).


Envejecer con resiliencia (Gedisa) es un nuevo libro sobre esta disposición vital a superarse y remontar lo peor. Está coordinado por los psiquiatras Boris Cyrulnik y Louis Ploton, y aporta diversos enfoques. La vejez como fuente de inseguridad reanima las necesidades de apego. Nadie es resiliente solo. Además de cuidar la salud y llevar una vida activa y de relación, siempre vale tener buen humor para alcanzar un grado de felicidad. Sergei Sirvain y Louis Ploton subrayan que: "No es la vejez lo más difícil de soportar para los interesados, sino la representación que de ella tienen los más jóvenes, transmitida por sus miradas y sus palabras". Siempre hay que advertir el daño que ocasionan las diversas formas de exclusión.


Boris Cyrulnik, quien fuera miembro del PCF, destaca que "la religión es un precioso factor de resiliencia en los ancianos, cuyo estudio ha sido descuidado". Se trata simplemente, dice, de preguntarnos: "Si la creencia en Dios puede ayudar a un anciano a reanudar su vida tras un trauma". Su respuesta es empírica y circunstancial, pero desprovista de prejuicios a favor o en contra. 

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