Los adolescentes y jóvenes migrantes tendrán más dificultades para obtener el permiso de residencia
“El problema es que la Ley de Extranjería dice que cualquier extranjero que quiera vivir en nuestro país debe demostrar unos medios de vida o un trabajo”, explica Ferran Rodríguez, director de la Fundació EVEHO y presidente de FEPA
Un cambio de interpretación de la Ley de Extranjería ha provocado que se endurezcan los criterios exigidos a los jóvenes extranjeros que residen en España para renovar su permiso de residencia en el país, según han denunciado algunas entidades dedicadas a la atención de jóvenes migrados en situación de vulnerabilidad como Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS), Federación de entidades de atención a la infancia y a la adolescencia (FEDAIA) y la Federación de entidades con proyectos y pisos asistidos (FEPA).
“El problema es que la Ley de Extranjería dice que cualquier extranjero que quiera vivir en nuestro país debe demostrar unos medios de vida o un trabajo”, explica Ferran Rodríguez, director de la Fundació EVEHO y presidente de FEPA. Ahora, en la primera renovación del documento los jóvenes deben demostrar el 100% del IPREM -el Índice de los Medios de Vida que ponen los países- que en España es de 540 € al mes. En la segunda renovación debes demostrar el 400% del IPREM, unos 2.100 €.
“A los extutelados, como han sido niños menores tutelados, se les aplicaban matices. Entendemos que un niño, un adolescente, cuando cumple los 18 años no está preparado para emanciparse, y esto lo sabemos por los jóvenes catalanes. En los jóvenes que han migrado solos es todavía más complicado, porque no tienen a nadie. Aquí entran en juego los programas de autonomía y emancipación: vivienda, prestaciones, inserción laboral… todos los programas que hacemos con ellos para acompañarlos a la vida adulta. Todo esto que hacemos con ellos, que cuesta dinero, se consideraban medios de vida, nos los admitían como medios de vida. Cuando el joven hacía su solicitud de renovación, nosotros hacíamos un informe y la Generalitat hacía otro para mostrar que el chico estaba cubierto por todos los medios de vida que nosotros aportamos. La sentencia del Supremo dictamina ahora que esta excepcionalidad no debe aplicarse, que debe hacerse como con cualquier otro extranjero y los jóvenes deben demostrar sus medios de vida propios. Esto es lo que ha cambiado”.
Así, ha habido un un endurecimiento de los criterios exigidos a los adolescentes migrados sin referentes familiares para renovar su permiso de residencia en España. A partir de ahora se les pide que acrediten que tienen medios de vida propios para renovar su permiso de residencia no lucrativa. Las organizaciones también denuncian que se ha “modificado también el criterio en relación al origen de los recursos y a partir de ahora el dinero que acrediten los jóvenes para cumplir el requisito no puede proceder de prestaciones públicas ni ayudas sociales", y creen que de este modo es casi imposible que lo acrediten. “Esta sentencia, que es de junio de 2019, no se ha estado aplicando durante 2019, pero durante el estado de alarma las delegaciones territoriales recibieron un aviso y ahora deniegan casi todas las peticiones”, explica Ferran Rodríguez.
El problema principal, además de la gran suma de dinero, es que el permiso de residencia no otorga a los jóvenes autorización para trabajar, por lo que conseguir un contrato se vuelve imposible. En estos casos, si encuentran trabajo, suelen ser trabajos informales por los que no cobrarán la cantidad de dinero que se pide en las segundas renovaciones. “Sin permiso de residencia todavía tienen más complicado un permiso de trabajo. Si ya lo tenían complicado, ahora más. Y además hay otra cosa: creo que es imposible que un joven sin permiso de residencia que no podrá acceder a los recursos de vivienda y que se quedará en la calle pueda obtener una oferta de trabajo de una empresa”, explica Rodríguez.
Jóvenes sin recursos
Desde las entidades que acompañan a los jóvenes migrados remarcan que un joven que llega a España sin recursos lo tiene muy complicado para llegar al mismo punto donde están los chicos y chicas con una red familiar más o menos estable. Los jóvenes migrados solos, a diferencia de los hijos de migrantes, no tienen apoyo de nadie más que de las entidades y organizaciones sociales. Pero a ellos, el Estado les exige mucho más que a los que sí tienen una red de apoyo. Ferran Rodríguez pone un ejemplo muy claro: “si un matrimonio extranjero vive en Catalunya y tiene un hijo de 19 años, cuando este hijo debe renovar la residencia, sus medios de vida son los de sus padres. Es decir, si el padre o la madre trabajan, ya está cubierto, no necesita demostrar nada más. En cambio, un joven extutelado que lo tiene más difícil porque no tiene familia, a pesar de que tiene toda la administración detrás ofreciéndole un hogar y una estabilidad, no puede renovar. Quizás el otro tiene un padre con un sueldo mínimo y este tiene a las organizaciones detrás, pero aun así no puede renovar. No se les ofrecen las mismas posibilidades”.
Así, desde FEPA, FEDAIA y ECAS piden que el Estado vuelva a tener en cuenta las excepciones y permita a los jóvenes renovar su permiso de residencia si demuestran que cuentan con el apoyo de la administración para obtener también un permiso de trabajo y labrarse un futuro mejor.
Desde las entidades no tienen recursos para cambiar el destino de los jóvenes, y Rodríguez explica que lo único que pueden hacer es tratar de retrasar la situación. “Primero deben interponer un recurso al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, tras agotar todos los plazos de solicitudes y denegaciones, que prevemos saldrá denegado, ya que hay una sentencia del Supremo que dice lo que dice. Yo no tengo otro remedio que aceptar esto, lo único que podemos hacer es alargar los plazos y mientras intentar conseguir unas cautelares para los que ahora son mayores no pierdan los derechos que de momento tienen. Los que todavía son menores, no creo que puedan entrar a ningún piso tutelado si no obtienen la residencia, ya que las instrucciones del despliegue de recursos para mayores de 18 obliga a que tengan permiso de residencia para poder acceder a vivienda, formaciones, etc”.
Así, si nada cambia, Rodríguez ve muy claro que lo más problable es que estos jóvenes acaben en la calle.
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