Todos contra todos en Podemos y Pablo Iglesias a la suya
Entrar en el gobierno de coalición se le está indigestando a los líderes morados, porque cuando no han acabado con una guerra están inmersos en otra. Les va la guerra y no encuentran el camino hacía la paz interna.
Entrar en el gobierno de coalición se le está indigestando a los líderes morados, porque cuando no han acabado con una guerra están inmersos en otra. Son incapaces de encontrar el camino hacía la paz interna, aunque las derrotas electorales de Galicia y el País Vasco sean toques de atención que parecen ignorar en su sede de Madrid.
Pablo Iglesias no se casa con nadie, ni siquera con la Ministra de Igualdad, Irene Montero con quién parece andar a la greña en base a la guerra soterrada que Montero mantiene con la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Pero que es que Díaz tiene roces con su ex compañero de partido en IU, Alberto Garzón que también marca distancias con Iglesias públicamente. El único que parece ir por libre, y le va muy bien es el Ministro Castells, que bajo la capa protectora del Presidente Sánchez nada le inquieta.
Los malos resultados electorales y que a la vuelta de la esquina se les avecina una remodelación del gobierno auspiciada por el socialista, Pedro Sánchez, con fusión de carteras incorporada ha puesto a todos los dirigentes de la formación morada, nerviosos. Y es que rezuman inmadurez política por todos los poros de su fina piel .
De Alberto Garzón algunos dicen que está en las quinielas de perdedores aunque entre las filas socialistas afirman también que para molestar a Iglesias podría quedarse en el ejecutivo de Sánchez. Porque esto va más de una partida de ajedrez y no de eficacia ejecutiva. Quizás por ello Garzón, actual ministro de Consumo, contradijo el viernes a Iglesias cuando sostuvo que para los presupuestos valen todos los votos, incluidos los del Partido Popular y Ciudadanos. Mientras Iglesias sigue trabajando activamente para que las cuentas de 2021 se aprueben gracias a las formaciones del bloque que hizo posible la investidura. Pero los socialistas quieren tener todas las puertas abiertas, y las declaraciones de Garzón revelan su interés en buscar el acercamiento con el rival de la izquierda, el PSOE.
Los socialistas confirman la tesis de la remodelación del Gobierno después del verano, y describen "con todo lujo de detalles" y una sonrisa en los labios la existencia de una herida entre el coordinador federal de Izquierda Unida y la titular de Trabajo, Yolanda Díaz. La política gallega rompió su carnet de IU hace varios meses y su nombre suena en la "guerra de sucesión" con Irene Montero para convertirse en la número dos de Unidas Podemos. Las dos ministras dicen "por lo bajini" están más alejadas que nunca, y Montero mira de reojo el protagonismo de la gallega mientra hace las filtraciones interesadas que más daño público le hagan. Un ejemplo de sororidad femenina en sentido contrario. En un momento donde deberían respaldarse frente a lo que se les viene encima, se dedican a una guerra fatricida sin sentido, porque ambas navegan sobre el mismo barco. Díaz lo tiene claro pero a Montero le está constanto un poco más entenderlo, son las normales diferencias generacionales, donde la vetenaría siempre suma un grado frente a la impetuosa juventud.
Así en este juego de tronos infinito, Yolanda Díaz, está enfrentada a Garzón, y Garzón, enfrentado a Iglesias, Montero recrimina su actitud a Iglesias e Iglesias protege a Yolanda Díaz frente a los ataques de Irene Montero, mientras entre las filas socialistas disfrutan de tan lamentable espectáculo político. Mientras todos los observadores callados se preguntan ¿si entre cuatro no son capaces de entenderse y trabajar en equipo, cómo pretenden gobernar un país?.
Ahora ha entrado en escena el secretario general del PCE, Enrique Santiago, a quién fía su destino Pablo Iglesias, habla con él todos los días, y le escucha mucho en los temas jurídicos. Con su protagonismo ha desplazado a figuras como Rafa Mayoral, que comparte portavocía con Isa Serra, pareja del mandamás Juanma del Olmo. Y en el última reunión de la coordinadora morada también participaba activamente la hija de Jorge Verstrynge, Lilith, y miembros de un nuevo organismo interno de coordinación. En un juego que a Iglesias le gusta que es el de los hechos consumados, sin debates ni oposición interna que le contradiga. De esta manera Pablo Iglesias se comporta como una veleta que va donde el viento le lleva, sin sentir lealtad por nadie, más que de sí mismo, el unico a quién mantiene en su ecuación, mientras el resto va ganando o perdiendo su favor según va el día, o la semana o el mes, o se levante Mr. Coletas ese santo día.
La presencia de Enrique Santiago ha sorprendido a algunos dirigentes de Podemos porque no forma parte de Podemos, puesto que el PCE sigue formando parte de IU y su presencia revela una "fusión por la vía de los hechos" de Podemos con la formación liderada por Garzón, comentan algunos en el partido. Porque el hambre de "poder" de Pablo es insaciable y no respesta ni normas, ni leyes, ni acuerdos, ni a personas, ni a equipos, no le da valor por mucho tiempo a nada ni a nadie, ni siquiera a los socios con los que gobierna. Es la cultura política "clínex" de un usar, tirar y olvidar, donde Iglesias va a la suya , caminando hacia la más absoluta de las soledades, en base a tantos que ha pisado, despreciado, ninguneado, engañado y defenestrado. A la vuelta de la esquina, en septiembre le espera su premio a tanto esfuerzo. Y en la Historia hay ejemplos como el suyo a miles.
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