Ramón Carbonell: “Hay demasiada rigidez en el mercado laboral”

Lledó Barberá.- El paro juvenil tanto en Catalunya como en España es de los más altos de la Unión Europea. Desde la Fundació d’Empresaris de Catalunya apuestan por la flexibilización del mercado laboral y por la Formación Profesional Dual. En CatalunyaPress hablamos con su presidente, Ramón Carbonell.

|
161116 FEMCATATUR 162

 

161116 FEMCATATUR 162


Lledó Barberá.- Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), son esperanzadores ya que, por primera vez en los últimos seis años, la tasa de paro bajó del 20%.


Ahora bien, no todo son buenas noticias ya que el paro entre los más jóvenes (menores de 25 años) sigue creciendo y supera, con mucha diferencia, las tasas del resto de Europa. En el tercer trimestre de 2016, la tasa en España se situaba en el 41,9% y en Catalunya en el 32,2%. Sin ninguna duda son cifras preocupantes que sacan a la luz que alguna cosa, como sociedad, no estamos haciendo bien.


Viendo esta problemática, desde la Fundació d’Empresaris de Catalunya (FemCAT) organizaron el Fórum ‘El paro juvenil, ¿qué podemos hacer?’ en el que se ha destacado la necesidad de vincular el sistema educativo al productivo. En CatalunyaPress hemos querido saber un poco más y por eso hemos hablado con Ramón Carbonell, presidente de FemCAT.


Desde las empresas, ¿qué se puede hacer para luchar contra el paro juvenil?


Desde las empresas lo que podemos hacer es un trabajo de flexibilizar la entrada a los puestos de trabajo. Me explico: muchas veces las empresas nos quedamos con una descripción del lugar de trabajo y no somos capaces de ver el talento que hay alrededor de esa descripción. Por tanto, aunque la formación de la persona no sea exactamente la que pedimos, si tiene talento, con un poco de flexibilidad y con ganas por las dos partes, podría hacerse perfectamente al puesto.


Por otro lado, desde el colectivo del paro, sea junior o sénior, también es necesaria esta flexibilidad así como un poco más de conocimiento sobre qué ofertas de trabajo hay y en qué sectores porque así también podrían orientarse en esa dirección.


Y, si todos nos movemos un poco, puede ser que estos dos engranajes acaben encajando.


Y, ¿es necesario un tercero? ¿Qué papel debe tener la Administración Pública?


La Administración puede hacer mucho y siempre es un poco la gran culpable de todo desde el punto de vista del ciudadano. Pero, no lo tiene tan fácil. Por tanto, creo que la Administración, desde las Cámaras de Comercio, que son entidades de derecho público, pueden realizar un trabajo fantástico porque, tanto a nivel sectorial como territorial, tienen una representación centenaria, conocen muy bien el tejido y qué se está desarrollando en su territorio.


Por tanto, ¿podríamos decir que hay demasiada rigidez en el mercado laboral?


Sí, yo creo que sí. Ahora bien, no creo que sea culpa solo de la legislación o de las empresas o del colectivo de parados. Creo que todos nos debemos flexibilizar porque el mundo se enfoca hacia una flexibilización de todo: de la demanda, de la capacidad de implicarse en las empresas, de los productos que se convierten en servicios y de los servicios en general. Todos se mueve hacia una cierta flexibilización de todo y, por tanto, debemos de ser todos más flexibles.


Ha dicho que el sector de parados debe tener más conocimiento sobre qué ofertas de trabajo hay y en qué sectores. ¿Cree que los jóvenes deben plantearse las carreras según sus opciones de salida profesional o deben estudiar aquello que les apasione?


Creo que los jóvenes deben estudiar aquello que les apasione, que más les guste. Claro, si no hay una vocación pues sí, estudia aquello que sea más práctico -ríe-, pero si tienes una pasión síguela porque seguro que te llevará lejos. Eso sí, también creo que es complicado encontrar una pasión en algo que no conoces, por ejemplo, yo no me puedo apasionar por la botánica si alguien no me ha abierto una ventana a ella. Por eso considero que el conocimiento, muchas veces, te puede generar este tipo de vocación.


Por tanto, yo diría que desde las Cámaras de Comercio, patronales, instituciones públicas y privadas -que son el entramado del territorio- se puede hacer mucho por despertar pasiones industriales. ya que Catalunya lo es mucho y estamos un poco dormidos en esto. Si en vez de deteriorar la imagen de la industria, destacamos aquellas cosas positivas -estabilidad, capacidad de tejer territorio, de dar desarrollo a todo Catalunya-, estoy convencido que las vocaciones volverán.


En el último fórum sobre el paro juvenil hablaron de vincular el sistema educativo al productivo. ¿Cómo se hace?


Lo primero que quiero dejar claro es que no queremos decir que la culpa la tenga la educación, ni mucho menos. Simplemente nosotros, sin hacer apología de lo que es la empresa y lo que es el empresario, explicamos qué son en los colegios y en los institutos. ¿Por qué?, porque hay una idea distorsionada. Tampoco quiero decir que hay que dar una idea idílica porque como todo organización formada por humanos no lo es pero tampoco es todo malo. La empresa tiene aspectos positivos y uno es que tiene una función esencial en la vida social y económica del país. Sin empresas privadas no existiría lo público del mismo modo que sin lo público no existiría lo privado.

Por tanto, creo que se debe recuperar y poner en valor qué es una empresa, sea industrial o de servicios, y qué es lo que hace por todos nosotros. Así, la imagen de un empresario o una industria es clave para que pueda ser más o menos atractiva a la gente joven y para que éstos se puedan interesar. Esto pasa por ejemplo cuando en la televisión hay una serie de médicos y todos los jóvenes quieren serlo. No quiere decir que la gente sea tonta, al revés, quiere decir que cuando se le enseña una cosa, es capaz de ver lo positivo y verse trabajando de eso.


Así pues, tiene sentido que si la industria tiene un papel importante en hacer funcionar el país es necesario que la pongamos en el lugar que le toca. Por lo tanto, desde los institutos, desde las escuelas, desde los planes de estudio tendría sentido que se abriera una pequeña ventana a la industria para que se supiera quién hace cada parcela y para situar correctamente la estructura económica de todo el país.


¿Falta comunicación?


Efectivamente. Si al final el país funciona como una máquina, como un vehículo, decir que las ruedas son peores que el cambio de marcha no tiene mucho sentido. Todo es necesario. Hay que intentar explicar más, ver el punto positivo, que lo tiene, y cómo se puede mejorar ya que el futuro de todos estos sectores pasará por ser más competitivos y dar valor añadido y, para ello, se necesita a gente ilusionada.


¿Es la emprendeduría una solución?


La emprendeduría es siempre bienvenida y puede resolver alguna parte porque todo son puestos de trabajo nuevos pero yo te diría que no debe ser una solución al paro, debe ser una solución a una falta del mercado, a una oportunidad de negocio o a canalizar una ilusión. Es decir, que no sea una obligación porque no hay otro tipo de trabajo.


En Catalunya y España hay una de las tasas de paro juvenil más altas de la UE. ¿Por qué pasa eso?


La tasa es más alta tanto en el paro juvenil como en el de séniors y, lo más importante es que hay un desajuste. Es decir, en los países más desarrollados y con economías más exigentes, la tasa de paro entre jóvenes y séniors es muy parecida. En España y en Catalunya, el paro juvenil dobla al de senior. 


Este hecho nos está diciendo que hay unas ciertas deficiencias, una falta de flexibilidad del mercado laboral tanto de la demanda como de la oferta y que hay alguna cosa que no gira bien. Además, sabemos que somos una economía que para generar puestos de trabajo necesita crecimientos más altos que otras economías y, por tanto, también te da a entender que hay unas ciertas deficiencias.


Yo creo que todo va ligado a la flexibilidad aunque aquí habría para una tesis sobre cómo flexibilizar el mercado laboral sin perder derechos ni obligaciones por ninguna de las partes y manteniendo una equidad tanto interna como externa para poder flexibilizar el mercado.


Y desde la FemCAT, ¿qué acciones se llevan a cabo?


FemCat es una fundación 100% privada de hombres y mujeres empresarios y directivos de empresas que tiene como única preocupación hacer de Catalunya uno de los países mejores del mundo en competitividad y cohesión, tanto social como económica.


Por tanto, nos preocupa el paro juvenil, que está desmesurado y que se ha convertido en una mochila que nos pesa tanto en las arcas públicas, que es un hecho, como en que tenemos una generación que en un momento muy delicado, cuando debe insertarse en el mercado laboral, lo está pasando muy mal y nos podemos encontrar con una generación que viera afectada toda su vida laboral por un mal inicio. Por eso, deberíamos ser capaces de pinchar esta burbuja entre todos y saber aliñar todo tipo de medidas, ya que las soluciones apoteósicas no existen.


Desde FemCAT se apuesta también por la Formación Profesional Dual. ¿En qué consiste?


Es toda aquella formación que no se hace solamente en el aula. Hay muchos países que lo hacen muy bien y que separan a los alumnos entre aquellos que son más hábiles con las manos y con las manualidades y que pueden llegar al mismo nivel que los que son más de ‘clavar los codos’. Es decir, todos llegan al mismo punto pero unos lo hacen en las aulas y otros lo hacen en empresas, lo cual es una gran forma de no perder nada de talento.


Es una manera de elevar el nivel de formación y de no dejar talento atrás porque un país que deja atrás al talento porque no lo sabe aprovechar, es un país que no llega a su propio nivel.


De cara al futuro hay cierto miedo a que desaparezcan puestos de trabajo porque hay máquinas que hacen el mismo trabajo que tú y más rápido…


Lo que parece una amenaza es una oportunidad y sólo hay que echar la vista atrás para ver que te viene por delante. Las dos o tres revoluciones industriales que hemos tenido, dependiendo de como lo mires, todas partían de esta premisa y los eruditos eran aquellos que destruían las máquinas porque destruían lugares de trabajo. En realidad, se ha demostrado que con esas máquinas se crearon un número superior de trabajos en otro nivel y que, por tanto, lo que el país consiguió fue una subida de productividad, que las empresas fueran mejor y más bienestar.


Es decir, creo que es bueno que el país sea más competitivo con menos esfuerzo porque al final las revoluciones industriales lo que consiguieron también es que los países hicieran un salto cualitativo y cada época ha sido mejor que la anterior.


Por tanto, este nuevo salto tecnológico que viene por delante creo que no lo hemos de ver como una amenaza porque seguro que redundará en beneficio de todos. No veo por qué esta tendría que ser diferente.  

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA