Gemma Montull confirma el desvío de fondos a CDC desde el Palau
La exdirectora financiera del Palau ha afirmado, en la misma línea que Millet, que Ferrovial "utilizó el Palau para pasar dinero a CDC" pero ha asegurado que no sabía si lo daba a cambio de adjudicaciones o por otros conceptos.
La exdirectora financiera del Palau de la Música Gemma Montull ha afirmado que Ferrovial "utilizó el Palau para pasar dinero a CDC" pero ha asegurado que ella no sabía si lo daba a cambio de adjudicaciones de obras públicas o por otros conceptos. Por tanto, ha seguido la línea de declaración del propio Fèlix Millet, que ha explicado hasta cómo se repartían las comisiones.
"Pagaba dinero a Convergència. Debía de ser a cambio de algo, lógicamente", ha declarado como acusada a preguntas del fiscal. Montull ha explicado que su padre y entonces director administrativo del Palau, Jordi Montull, le "dictaba directamente" cómo elaborar los cuadros que constan en la causa, donde se observa la mecánica supuestamente para camuflar el destino de los fondos.
"Puede parecer que me bajo de la higuera", ha replicado ante la sorpresa del fiscal Emilio Sánchez Ulled por que en ese momento ella desconociera que el dinero que aportaba Ferrovial era para conseguir adjudicaciones de obra pública.
Ha ratificado toda la mecánica de funcionamiento que consta en las pruebas documentales en que constan cobros a Ferrovial por el convenio de patrocinio y cómo ese dinero se dividía en tres: el 'Pago a Daniel' -el extesorero de CDC Daniel Osàcar- el 'cobro GPO' -la comisión del 1,5% que se llevaban entre Millet y Montull- y la cantidad que finalmente iba a patrocinio.
Ha asegurado no recordar cuándo sospechó o le explicaron que el dinero de Ferrovial iba a CDC a cambio de obra pública, pero ha asegurado que ya pasaba antes de que ella llegara al Palau (2003) y de que la nombraran directora financiera: "Esto pasaba estuviera yo o no".
También ha explicado que en el Palau la Música se consideraba que esta mecánica se veía "como normal" y que le consta que llevaba muchos años pasando.
PENDRIVE ESCONDIDO
El fiscal le ha preguntado por el día del registro en el Palau el 23 de julio de 2009 -"Yo también estaba ese día", ha recordado Ulled- y ella ha admitido que tenía un pendrive en el ordenador que extrajo para esconderlo.
"Me asusté y lo extraje para guárdarmelo", aunque los investigadores la descubrieron y se lo requisaron. Montull ha confirmado la documentación que constaba en ese pendrive y las anotaciones en dos libretas de tesorería en los que reflejaba todo el tráfico de dinero entre Ferrovial y CDC: "Tuve un exceso de celo de tenerlo todo documentado" porque Millet le hacía muchas preguntas al respecto.
También ha dicho que Osàcar les dio dos facturas falsas, para justificar salidas en efectivo hacia el partido ante una inspección de la Agencia Tributaria al Palau de la Música.
Ocurrió después de que el asesor fiscal Raimon Bergós -también acusado en la causa- advirtiese en una reunión a los responsables del Palau de la necesidad de presentar facturas para justificar las salidas del dinero -siempre según la versión de ella-.
Además, ha afirmado que el Palau pagaba facturas por servicios a CDC de empresas como Hispart y Altraforma, en vez de pagarlas el partido.
ASEGURA QUE "MILLET LO CONTROLABA TODO" Y EL RESTO CUMPLÍA ÓRDENES
La exdirectora financiera del Palau de la Música ha asegurado que el entonces presidente de la institución, Fèlix Millet, "lo controlaba absolutamente todo" y que el resto de cargos y trabajadores se limitaba a cumplir sus órdenes.
"Controlaba absolutamente todo lo que allí pasaba. Tenía a su mano derecha, Jordi Montull, mi padre, que era quien le ayudaba", ha respondido en su interrogatorio a preguntas del fiscal anticorrupción Emilio Sánchez Ulled, emocionada y entre lágrimas en momentos de su declaración, en un juicio en que se enfrenta a 26 años de cárcel.
Ha explicado que su tarjeta figuraba que era directora financiera pero no tenía autonomía para actuar, igual que sus compañeros en el Palau e incluida la directora de la institución para promoción y marketing, Rosa Garicano, también acusada: "Poder de decisión no teníamos ninguno".
Gemma Montull ha descrito que en esa época Millet era considerado una persona honorable para todo el mundo y que le atendían "todos los gobiernos".
Entre lágrimas ha negado quedarse 3 millones de euros como le acusa el fiscal: "No me he quedado ni un solo euro del Palau de la Música Catalana. Esto es doloroso para mí y para mi familia porque se me ha atribuido el robo de tres millones de euros que en ningún momento me he llevado".
También ha aludido a los 23 millones que, según el fiscal, se extrajeron irregularmente en efectivo del Palau de 2000 a 2009: "Creo que esas cifras son superiores a lo que podría ser real" ya que se pagaban muchas cosas en metálico, como los viajes de los coros.
En cambio, considera posibles las cantidades de las que se apropiaron Millet y Montull -más de 7 millones el primero y 1,3 el segundo-: "Pueden ser cifras razonables".
Gemma Montull -que ha dicho que iba "a colaborar en el esclarecimiento de los hechos"- ha explicado que entró a trabajar para la institución en diciembre de 2003 en el departamento de contabilidad y que en 2005 la hicieron directora financiera aunque sus funciones no cambiaron, cobrando unos 70.000 euros anuales.
Según ella, la estructura directiva del Palau la construyó Millet "a su propia medida y criterio pensando que era lo mejor para el Palau", aunque lamentablemente se ha visto que después había otro tipo de interés, ha añadido textualmente.
"PERO ES MI PADRE"
Ha admitido que no hizo reproches a su padre ni a Millet pese a descubrir que se adjudicaron un 'bonus' de un millón de euros anual -repartido al 80-20%-, y que ambos consideraban que lo merecían porque creían en el "yo lo valgo", aunque ella no ha querido valorar si ellos lo merecían o no.
"Las irregularidades las hacía mi padre, pero es mi padre", ha admitido entonces entre llantos, al preguntársele por qué no hizo nada al ver sobresueldos.
Sobre las obras suntuosas en las casas de Millet y de su padre, que hicieron las mismas empresas que hacían trabajos para el Palau, ha asegurado que descubrió que las había pagado el Palau una vez estalló el escándalo: "Para mí era opaco poder saber que eso era así".
En cuanto a las obras en su propia casa, ella ha recordado que es hija única, que su padre le preguntaba si quería alguna reforma y que ella jamás habló con los industriales ni les pagó: "Lo hacía mi padre".
Ha dicho que se sacaba dinero de la entidad en efectivo; mayoritariamente, de la Associació Orfeó Català, porque no necesitaba estar auditada como tal, y no se pidió declararla de interés público --aunque eso hubiera comportado exenciones fiscales-- precisamente para mantener esa "opacidad".
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