Los franceses votan en las elecciones más convulsas de los últimos tiempos
Cuatro candidatos parten con opciones de acceder a la segunda vuelta, si bien pocos se atreven a pronosticar un resultado que podría estar marcado por los indecisos y el miedo al terrorismo.
Los franceses han comenzado a votar este domingo en unas elecciones presidenciales que servirán para pasar página a los cinco años de gobierno socialista. Cuatro candidatos parten con opciones de acceder a la segunda vuelta, si bien pocos se atreven a pronosticar un resultado que podría estar marcado por los indecisos y el miedo al terrorismo.
Los 66.546 centros de votación han abierto a las 8.00 y cerrarán a las 19.00, una hora más tarde que en los comicios anteriores. Sin embargo, en algunas localidades la jornada electoral se prorrogará hasta las 20.00. En los territorios de ultramar los franceses comenzaron a votar el sábado. Los primeros en hacerlo fueron los ciudadanos de Saint-Pierre et Miquelon.
PARTICIPACIÓN SIMILAR A LA DE 2012
La participación en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas es del 69,42 por ciento, aproximadamente un punto menos (70,59 por ciento) que la registrada en 2012 a esta hora.
Este porcentaje es menor que 73,87 por ciento registrado en 2007, pero superior al 58,45 de 2002, según los datos del Ministerio del Interior francés.
Los candidatos Emmanuel Macron (En Marche) y Marine Le Pen, del Frente Nacional, con un 24 por ciento y un 22 por ciento respectivamente los primeros sondeos a pie de urna recogidos por la cadena belga RTBF.
De acuerdo con estos sondeos, el candidato de los Republicanos, el conservador François Fillon, habría recaudado un 20,5 por ciento de los votos, por ante el zurdo Jean-Luc Mélenchon, con un 18 por ciento.
ELECCIONES SACUDIDAS POR EL TERRORISMO
Francia volvió a verse sacudida el jueves por un atentado, en esta ocasión en los Campos Elíseos, uno de los lugares más simbólicos y transitados de la capital. El ataque, reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico, añadió el penúltimo capítulo a la campaña electoral más convulsa y abierta de la historia reciente.
Más de 45 millones de electores dentro del país y 1,3 millones en el extranjero están llamados a decidir quién quieren que suceda a François Hollande como inquilino del Elíseo. Con el actual presidente fuera de juego --un hecho inédito en la V República--, once aspirantes se disputan una presidencia que nadie tiene aún garantizada.
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, ha figurado en todo momento como uno de los nombres con claras opciones de pasar a la segunda vuelta del 7 de mayo, en la medida en que las encuestas le han situado durante los últimos meses entre las dos candidaturas más votadas este domingo. Si lo consigue, reeditaría el éxito logrado por su padre en el año 2002.
Los sondeos sitúan ligeramente por delante de Le Pen al líder del movimiento En Marche!, Emmanuel Macron, quien con una formación aún en construcción ha logrado convertirse en el rival a batir. Sin ningún diputado en la Asamblea Nacional, el exministro de Economía quiere comenzar la casa por el tejado y convertirse en el presidente más joven (39 años) en tomar posesión desde Napoleón.
El duelo Le Pen-Macron es, 'a priori', el más probable, aunque a unos tres puntos porcentuales se sitúan los otros dos candidatos con más opciones: el representante de Los Republicanos, el ex primer ministro François Fillon, y el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Melenchon. El primero ha logrado llegar vivo a la meta a pesar de ser imputado por la supuesta concesión de empleos ficticios a familiares, mientras que el segundo se ha disparado en las últimas semanas tras su participación en el debate televisado.
La amalgama electoral ha dado pie a todo tipo de bailes entre las familias políticas, especialmente después de que el candidato socialista, Benoît Hamon, haya quedado prácticamente descartado de la pugna con una intención de voto inferir al 10 por ciento. Su rival en primarias, el ex primer ministro Manuel Valls, ha pedido el voto para Macron, a quien también han apoyado dirigentes conservadores como Dominique de Villepin.
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