Círculos independentistas lanzan campañas de boicot a productos de fuera de Catalunya
Uno de los objetivos es vengarse de las empresas que trasladaron su sede y se argumentan con la llamada a consumir productos de proximidad con fines ecologistas y de ahorro energético y de costes.
Zara se ha visto señalada por rotular sus artículos en castellano
Una de las últimas iniciativas lanzadas desde el entorno independentista es el llamamiento a realizar boicot a productos españoles, instando a los ciudadanos a consumir productos exclusivamente fabricados y elaborados en Cataluña. Asimismo se insiste en el boicot a las empresas que trasladaron su sede fuera de Cataluña después del verano pasado.
Así, según publica este sábado el periódico digital ‘El Confidencial’, el último mensaje sobre esta cuestión propone no comprar fresas de Lepe, cuya primera campaña de recogida comienza ahora, y esperar unas semanas para poder consumir las que se cultivan en la comarca del Maresme, que se producen algo más tarde. Uno de los comunicados detalla que hay que hacer una campaña de no comprar el fresón de Huelva, ''así les devolvemos su a por ellos oé, oé".
Las campañas de boicot se ponen en marcha en círculos pequeños, mediante consignas lanzadas por militantes concienciados, aunque en contadas ocasiones se articulan a través de webs de perfil netamente independentista.
GUÍA DEL CONSUMIDOR ACTIVO CATALÁN
El reportaje cuenta que se ha puesto en marcha una 'Guía del consumidor activo catalán', cuyo promotor señala sus intenciones: "Yo ejerzo mi derecho a votar en cada proceso electoral y cada día 'voto' a favor o en contra de algo cuando compro, o no, cualquier producto o servicio". La guía "contempla muchos aspectos del empoderamiento ('empowerment') del consumidor y el consumo holístico y 'mindful'. No es un llamamiento a exclusivo, sino a inclusivo. Inclusivo para potenciar nuestro tejido productivo. Es un llamamiento a 'potenciar' el consumo de 'ciertos' productos de 'ciertas' empresas catalanas y 'ciertos' comercios catalanes".
En este foro se dan instrucciones para 'leer' las etiquetas de los productos con el objetivo de conocer dónde han sido fabricados. "¿No es preferible comprar un cava de una pequeña bodega con sede en Cataluña que el de una bodega que haya trasladado su sede fuera de Cataluña? (…) Sugiero que prioricemos aquel producto fabricado y producido en Cataluña (…) Sugiero que prioricemos comparar al pequeño productor o proveedor por encima de la gran multinacional (…) Sugiero no premiar a las entidades que han cambiado recientemente su sede social fuera de Cataluña. Una forma inmediata y fácil de actuar es cerrar cuentas bancarias tradicionales en las que se pagan comisiones para abrir cuentas en bancos online que no cobran comisiones (hay varios) (…) Sugiero no comprar cierta prensa, la que Unamuno llamaba hace 110 años 'esa cochina prensa madrileña' (…) Sugiero evitar visitar, mencionar o remitir a la web de esa cochina prensa madrileña (…) Sugiero que no veas la televisión que comulga con esa cochina prensa madrileña (…) Sugiero que primemos el uso del catalán en los productos o servicios. ¿No es preferible escoger el producto etiquetado en catalán? ¿No es preferible que te atiendan en catalán? (…) Sugiero evitar comprar lotería nacional (o participaciones de empresa, es el impuesto que pagan los que no saben casi nada de matemáticas y estadística (…) Escojamos de forma consciente dónde compramos: en qué colmado, en qué supermercado, en qué híper, en qué farmacia, en qué tienda de ropa, en qué ferretería, en qué gasolinera…", dice el impulsor. Y zanja luego: "Esta es una guía de 'resistencia', pacífica, democrática, de impacto real e inmediato".
BOICOT O CONSUMO DE PRODUCTOS DE PROXIMIDAD
La interconexión del mercado catalán con el del resto de España es evidente y un boicot sin más supondría consecuencias negativas. Por ello se argumenta esta acción con la llamada a consumir productos de proximidad con fines ecologistas y de ahorro energético y de costes.
Sin embargo, por las redes, circulan listas de pastas de dientes, anteponiendo una fabricada en Cataluña a otra muy conocida fabricada en Madrid, por ejemplo. Lo mismo cabe decir para lavavajillas, jabones, espumas de afeitar y geles, colutorios, cafés, leches (de las que se recomiendas 3 marcas en detrimento del resto que hay en el mercado o de las marcas blancas), cervezas, vinos (hay una docena de denominaciones de origen en Cataluña) y pizzas. Evidentemente, en las comunicaciones detallan exactamente las marcas que no se han de comprar.
Asimismo, se recomiendan determinadas cadenas de alimentación para que los ciudadanos compren en ellas, en detrimento de otras consideradas "españolistas". Incluso se citan a empresarios que acuden a las manifestaciones independentistas para animar a que se compren sus productos.
Una de las campañas más vengativas es la que ofrece la “lista para no olvidar” conformada por las empresas que trasladaron su sede fuera de Cataluña y que encabezan entidades bancarias y compañías de seguros. Aunque, según afirman sus impulsores, "El auténtico boicot es el de las cosas caras. Esas facturas de luz, gas, Internet, seguros… el cobro de la pensión, la nómina… un solo ciudadano puede pagar entre 500 a 1000 euros al año a una mutua. Lo mismo por el gas o la electricidad. Mil clientes menos pueden suponer un millón menos de facturación. Si lo hacen 50.000, pues 50 millones… Y siempre, siempre, siempre, cuando pregunten el motivo de por qué rescinden el contrato o el servicio, hay que decir 'por el cambio de sede'".
La campaña incluye también una lista negra de hasta 38 empresas entre las que hay bancos, aseguradoras, empresas de alimentación, de electrodomésticos, de ropa, cerveceras, de servicios, restaurantes o automovilísticas. Pero llama la atención que, en algunos círculos recomiendan no boicotear productos españoles, de momento, pero sí comenzar por el boicot a los 'botiflers' (traidores).
FAMOSOS Y EMPRESARIOS
La cocinera Ada Parellada y el actor Toni Albà han protagonizado y sufrido sendas acciones de boicot por su antiespañolismo declarado. La primera, tras organizar en su restaurante una cena solidaria en apoyo de los 'presos políticos' a principios de enero. En webs como TripAdvisor, Facebook o Google aparecieron comentarios críticos con la iniciativa y llamadas a no acudir al restaurante de Parellada. Según la propia restauradora, el boicot, al final, es un 'boomerang' contra sus impulsores, ya que comenzaron a lloverle reservas.
Por su parte, el cómico Toni Albà denunció a primeros de año una campaña para boicotear el restaurante Cuina de Mar, que regenta en Vilanova i la Geltrú. Recientemente, estuvo en el centro de la polémica por haber llamado "mala puta" a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. El próximo martes deberá declarar ante el juzgado al estar imputado por injurias a la jueza Carmen Lamela, la que encarceló a medio Gobierno catalán.
Según indica ‘El Confidencial’, la pasada semana, hubo otro episodio de enfrentamiento que tiene como protagonista a la multinacional Zara, propiedad del gallego Amancio Ortega y nada sospechosa de ser 'españolista'. Pero al independentismo le ha sentado mal que cambiase los letreros de su céntrica tienda en el Portal de l’Àngel. Allí, las indicaciones estaban solamente en catalán e inglés, por lo que hubo quejas de clientes y se le añadió también la rotulación en castellano.
Ante ello, la Plataforma per la Llengua denunció ante la Agencia Catalana de Consumo a la marca porque las etiquetas de sus productos "solo están en castellano, al lado de muchas otras lenguas que no son el catalán". Esta plataforma, que hace dos años denunció a El Corte Inglés, cuenta con más de 15.000 socios y dice haberse consolidado como la entidad de referencia de la sociedad civil en temas de lengua. Este curso, la Plataforma repartió 4.000 agendas en catalán a alumnos aragoneses para fomentar el catalán en la franja que divide Aragón de Cataluña y que reclaman los independentistas. La entidad no contempla el castellano en su web, que solo se puede leer en catalán, occitano e inglés.
El reportaje señala que una de sus últimas campañas lleva por lema 'Paremos el 155', en la que acusa al Estado español de la "ocupación ilegítima de las instituciones catalanas" y de que tiene interés en "limitar la presencia de la lengua catalana en todos los lados y, particularmente, en organismos oficiales y en la Administración". Para demostrarlo, echa mano de un informe de 111 páginas elaborado terminado en junio del año pasado (cuando aún no se había aplicado el artículo 155) en el que revisa las actuaciones de todos los entes públicos (incluidos el Banco de España, la AEAT, la Casa Real, la moneda, los discursos oficiales, el DNI, los visados para extranjeros, la Justicia militar, el registro mercantil, los símbolos en teclados de ordenador o la edición de libros) que concluye que España "es el único de los Estados de la UE que no ha reconocido una lengua propia de las dimensiones y la vitalidad del catalán como lengua oficial de Estado al mismo nivel que cualquier otra, en este caso el castellano".
En octubre pasado, el presidente de la Plataforma, Òscar Escuder, encabezó una delegación a Estrasburgo para denunciar ante las instituciones europeas la vulneración de los derechos lingüísticos de los catalanoparlantes, así como la vulneración de derechos civiles y políticos, la 'represión' del Estado español contra el 'procés', la detención de cargos públicos y el encarcelamiento de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, presidentes de la ANC y de Òmnium Cultural.
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