La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) ha logrado el mayor número de escaños en la Asamblea Nacional tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas celebrada hoy. Según las proyecciones de TF1 y LCI, el NFP ha conseguido entre 180 y 215 escaños, convirtiéndose en el partido con más diputados, seguido de la coalición centrista Junts per la República, aliada del presidente Emmanuel Macron, que ha obtenido entre 150 y 175 escaños.

La extrema derecha, representada por la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, ha quedado en tercer lugar con entre 120 y 150 escaños. Este resultado, aunque significativo, impide que la RN obtenga una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, establecida en 289 escaños.

Los resultados han provocado una ola de celebraciones y alivio en toda Europa. Miles de personas se han congregado en la Place de la République de París y otras plazas principales del país para celebrar la victoria del NFP y expresar su rechazo a la extrema derecha. Las concentraciones, que se han replicado en varias ciudades francesas, han visto corear consignas antifascistas.

Estos resultados reflejan un cambio respecto a la primera vuelta, donde la RN fue la formación más votada con más del 33% de los apoyos. La unidad y los llamamientos a formar un frente común contra la extrema derecha por parte de líderes como Emmanuel Macron y François Hollande han sido claves para este giro en la segunda vuelta. La estrategia de retirar candidatos en tercera posición para favorecer a los que pudieran frenar a la RN ha demostrado ser efectiva.

La Asamblea Nacional de Francia, con 577 escaños, verá ahora una nueva configuración. Según las proyecciones de Elabe BFMTV, RMC y 'La Tribune', después de las tres principales formaciones, Los Republicanos y grupos afines de la derecha tradicional obtendrán entre 30 y 50 escaños, mientras que diversos partidos regionalistas y ecologistas sumarán entre 10 y 14 escaños.

La jornada electoral también ha sido notable por la alta participación, lo que ha permitido la clasificación de numerosos candidatos en las denominadas "triangulares", aumentando la complejidad de la segunda vuelta y beneficiando a partidos con una base electoral sólida como la RN.

El nuevo panorama político francés presenta tanto oportunidades como desafíos. La posibilidad de formar un "cordón sanitario" entre los partidos de izquierda y centro para evitar que la extrema derecha influya significativamente en el gobierno será crucial en los próximos días. Además, la fragmentación dentro de los partidos tradicionales, como Los Republicanos, y la necesidad de redefinir estrategias y alianzas serán temas prioritarios.

La reacción desde España

Desde España, las reacciones no se han hecho esperar. El presidente Pedro Sánchez ha expresado su satisfacción a través de Twitter, afirmando: "Esta semana, dos de los mayores países de Europa han elegido el mismo camino que eligió España hace un año: rechazo a la ultraderecha y apuesta decidida por una izquierda social que aborde los problemas de la gente con políticas serias y valientes. Reino Unido y Francia han dicho SÍ al progreso y el avance social y NO al retroceso en derechos y libertades. Con la ultraderecha ni se pacta ni se gobierna".

Así fueron las anteriores elecciones legislativas francesas

Las elecciones legislativas en Francia han evolucionado considerablemente desde sus inicios. Las primeras elecciones legislativas bajo el sistema de la Quinta República se llevaron a cabo en 1958, tras la adopción de la nueva Constitución que fortaleció la presidencia y estableció un sistema semi-presidencial. El objetivo era dotar al país de una mayor estabilidad política tras la inestabilidad de la Cuarta República. En estas primeras elecciones, el partido Unión por la Nueva República (UNR) de Charles de Gaulle obtuvo una amplia victoria.

El Presidente de Francia nombra al Primer Ministro, pero este debe contar con el respaldo de la Asamblea Nacional, el cuerpo legislativo inferior. Por ello, las elecciones legislativas son cruciales, ya que el partido o coalición con la mayoría de los escaños tiene la capacidad de influir significativamente en la designación del Primer Ministro. A lo largo de las décadas, el sistema ha enfrentado varios desafíos y cambios. Durante los años 70 y 80, hubo alternancias en el poder entre partidos de izquierda y derecha, con figuras destacadas como François Mitterrand del Partido Socialista, quien se convirtió en Presidente en 1981 y luego lideró el gobierno tras las elecciones legislativas de 1981 y 1988.

Francia ha experimentado varios periodos de cohabitación, donde el Presidente y el Primer Ministro pertenecen a partidos opuestos. Ejemplos notables incluyen la cohabitación entre Mitterrand y el Primer Ministro de derecha Jacques Chirac (1986-1988) y la posterior cohabitación entre Chirac como Presidente y el socialista Lionel Jospin como Primer Ministro (1997-2002). 

En tiempos más recientes, las elecciones legislativas de 2017 y 2022 han sido particularmente notables. En 2017, el movimiento La République En Marche! de Emmanuel Macron obtuvo una mayoría sustancial, permitiendo a Macron nombrar a Édouard Philippe como Primer Ministro. Sin embargo, en 2022, aunque La République En Marche! perdió su mayoría absoluta, mantuvo una posición influyente, permitiendo a Macron continuar con su agenda reformista con Elisabeth Borne como Primera Ministra.