Problemas para el Màgic de Badalona: el centro comercial entra en concurso de acreedores
La empresa mantiene una deuda a largo plazo que supera los 45 millones de euros y deudas a corto plazo
El centro comercial Màgic de Badalona vive serias dificultades financieras. La empresa propietaria, Vila de Badalona, perteneciente a la familia Sanahuja, se ha declarado en concurso de acreedores, según información de Metrópoli Abierta y el registro mercantil.
Este procedimiento se inició el 18 de junio y está bajo la jurisdicción del Juzgado de lo Mercantil número 7 de Barcelona. A pesar de haber presentado en 2022 un resultado positivo de más de 740.000 euros, la empresa mantiene una deuda a largo plazo que supera los 45 millones de euros y deudas a corto plazo con entidades de crédito por 3,4 millones de euros, en parte derivadas de préstamos contraídos para la construcción del centro comercial, inaugurado en 2008. El Ayuntamiento de Badalona ha confirmado la situación de insolvencia, pero ha asegurado que no afectará a la apertura ni al funcionamiento del centro.
El centro comercial Màgic, conocido por incidentes como agresiones sexuales y un intento de ataque terrorista, se inauguró al inicio de la crisis financiera, junto al pabellón del club de baloncesto Joventut, que tuvo una participación significativa hasta 2013. El recinto cuenta con un área comercial, un cine, un gimnasio, pistas de baloncesto y aparcamientos, destacando su cúpula naranja en forma de pelota de baloncesto, visible desde la carretera C-31.
La empresa Vila de Badalona es propiedad de la familia Sanahuja y tiene como administradores a los hermanos Román, Juan Manuel y Javier Sanahuja Escofet, hijos de Román Sanahuja Pons, quien en 2010 protagonizó la suspensión de pagos de la inmobiliaria Sacresa. Desde el 18 de junio, Víctor Marroquín, socio director del bufete Marroquín Abogados, figura como administrador concursal de Vila de Badalona.
¿Qué es un concurso de acreedores?
Un concurso de acreedores es un procedimiento legal que se utiliza cuando una persona, empresa o entidad no puede hacer frente a sus deudas y se encuentra en una situación de insolvencia. Su objetivo principal es ordenar el pago de las deudas de una manera equitativa entre todos los acreedores, es decir, las personas o entidades a las que se les debe dinero.
Declaración de Insolvencia: El deudor, al reconocer que no puede pagar sus deudas, solicita al juez la declaración de insolvencia. Esta solicitud puede ser voluntaria (por parte del deudor) o forzada (por uno o más acreedores).
Suspensión de Pagos y Ejecuciones: Una vez declarado el concurso, se suspenden todas las ejecuciones individuales de los acreedores, lo que significa que no pueden embargar bienes ni cobrar sus deudas de manera unilateral.
Administrador Concursal: Se nombra a uno o más administradores concursales que gestionan el proceso. Su función es evaluar el estado financiero del deudor, proponer soluciones y garantizar que se cumpla la ley en la distribución de los activos.
Fases del Concurso:
- Fase Común: Se identifican y clasifican las deudas y los bienes del deudor.
- Fase de Convenio o Liquidación: En la fase de convenio, se intenta llegar a un acuerdo entre el deudor y los acreedores sobre cómo y cuándo se pagarán las deudas. Si no se llega a un acuerdo, se pasa a la fase de liquidación, donde se venden los activos del deudor para pagar a los acreedores según el orden de prioridad establecido por la ley.
Resolución: El concurso de acreedores puede concluir de varias maneras, como el pago de las deudas mediante un convenio, la liquidación total de los bienes del deudor, o incluso la extinción de las deudas si no hay suficientes activos para cubrirlas.
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