En el nuevo curso político de septiembre en el consistorio barcelonés han rubricado una serie de medidas que prometen encender nuevos fuegos a lo largo y ancho de la ciudad condal. El Ayuntamiento de Barcelona, de la mano del concejal de las "mil chapuzas", Eloi Badia,  ha decidido avanzar una hora el cierre de terrazas en cinco plazas del distrito de Gràcia todos los días de la semana entre abril y octubre, y los viernes, sábados y vísperas de festivos entre octubre y abril.

Las actividades de restauración en varias zonas del barrio del Raval, donde se ubica el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (Macba), y del barrio Gòtic avanzarán también su cierre de las 3 a las 2 horas, las terrazas a las 23 horas durante toda la semana, y los comercios de venta alimentaria, como supermercados pequeños, deberán cerrar a las 22 horas.

Algo que sumará al avance de cierre también en las terrazas de bares y restaurantes en la calle de Enric Granados del distrito del Eixample para también reducir el ruido nocturno, pero no el ruido económico y social que en la ciudad de Barcelona  empieza a ser esordecedor y que no pasa desapercibido para el común de los mortales que viven, hacen turismo o trabajan en sus calles y las llenan de vida. Porque es la gente la que le da vida a las ciudades y en base a tanta restricciones y prohibiciones se empieza a asfixiar el ánimo colectivo de una ciudad donde la vida social siempre ha sido uno de sus mejores actractivos, más allá de campañas institucionales. 

También se avanzará el cierre de restaurantes, venta alimentaria y terrazas en la calle de Joaquim Costa y la plaza dels Àngels del Raval, y la calle de Escudellers y la plaza de George Orwell en el barrio Gòtic, del distrito de Ciutat Vella. El distrito de Sants-Montjuïc también avanzará el cierre de terrazas y establecimientos en la plaza de los Jardins de la Mediterrània.

LAS MEDIDAS CONTRA LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA AUMENTARÁN LOS COSTES DE TERRAZAS PARA BARES Y RESTAURANTES DE BARCELONA

Este detallado de avance de cierre lo ha explicado promenorizadamente este martes, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica del Ayuntamieto de Barcelona, Eloi Badia, en una rueda de prensa en la que ha explicado los planes para reducir la "contaminación acústica" en las calles y plazas de los distintos distritos de la ciudad. 

Para el concejal, Eloi Badia, el ruido es el segundo factor ambiental que más impacta en la salud de la población y para él hay que garantizar el descanso de los vecinos, aunque ha asegurado que "en este momento no está previsto ampliar a ninguna otra calle este horario" de las ya mencionadas en esta rueda de prensa. 

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Porque a partir de ahora habrá en Barcelona "zonas saturadas de terrazas", algo que comportará que no se consolidará ninguna licencia de terrazas de las llamadas extraordinarias en toda la ciudad. Además se implantarán nuevas medidas de mesas y sillas autorizadas con licencia ordinaria como tope máximo admisible y limitar el número de módulos permitidos por terraza.

También será obligatorio que las mesas y sillas tengan tapones de silicona, que las cadenas que aseguren los elementos de las terrazas estén plastificadas y que se adapten todas las licencias en régimen transitorio a la Ordenanza de Terrazas. Además, se establecerán planes de inspección específicos y el refuerzo de la presencia de la Guardia Urbana y los servicios de limpieza.

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Unas medidas que supondrá el desembolso de dinero por parte de los afectados que en cumplimiento de la nueva normativa deberán poner en marcha la compra de los elementos adicionales con menos mesas que cubran los gastos finales. 

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Ante este aluvión de medidas el director del Gremi de Restauradors de Barcelona, Roger Pallarols, ha previsto "una judicialización sin precedentes y masiva" tanto por el recorte de los horarios de las terrazas como por el del horario de las licencias de actividad" anunciado por el Ayuntamiento de Barcelona.

En este sentido ha asegurado que el sector dará una "respuesta muy contundente" a los nuevos horarios, dado que  lo que el sector está viviendo "estos días de agosto es gravísimo" y lo ha definido como un ataque directo y una agresión sin precedentes contra la restauración.

Ha asegurado que el equipo municipal presidido por la alcaldesa Ada Colau "ha decidido unilateralmente reabrir la guerra de las terrazas" e iniciar un enfrentamiento con el sector de la restauración.

Ha recordado que el pacto sobre los horarios que se alcanzó en 2018 ya es uno de los más restrictivos en Catalunya y toda España y ha lamentado el "incumplimiento" de la palabra dada por el Ayuntamiento.

Además el Gremi de Restauració de Barcelona ha afeado al Gobierno de Ada Colau la "denegación masiva" de solicitudes para consolidar las terrazas excepcionales autorizadas durante la pandemia. Ha concretado que el porcentaje de denegación en el conjunto de la ciudad roza el 80%, que se han tramitado cuatro de cada diez solicitudes, y que de éstas un 6% se encuentra en las denominadas zonas saturadas.

El gremio calcula que más del 70% de las denegaciones se debe a una aplicación incorrecta de la ordenanza, como por ejemplo "creer que la terraza no puede sobrepasar los límites de la fachada del local cuando en realidad la normativa es flexible y sí lo que permite de manera expresa".

El director del gremio, Roger Pallarols, ha criticado que durante el último año el Gobierno municipal "ha alimentado con constantes promesas públicas una expectativa que los restauradores han acogido con esperanza. Denegar sistemáticamente y sin justificación, tal y como se está haciendo, significará haber engañado al sector, haberle hecho creer que presentar la petición serviría para conservar la terraza".

Además, el gremio ha apuntado que la situación en el distrito de Ciutat Vella es "sensiblemente peor que la del conjunto de la ciudad", ya que han constatado que con un 85% de los expedientes resueltos, el porcentaje de denegación es del 99%. En palabras de Pallarols: "Ciutat Vella no puede permanecer al margen del compromiso político que han asumido la alcaldesa y los dos primeros tenientes de alcaldía. Ciutat Vella no puede ir por libre. Por eso, hemos pedido al gobierno, por escrito, que reconduzca la catastrófica situación actual".