Este es el origen de Santa Eulalia, la patrona olvidada de Barcelona
La tradición indica que Eulalia fue una niña que reivindicó sus creencias católicas ante un gobernador que la sometió a todo tipo de torturas y que acabó matándola en la cruz
Este domingo se celebra Santa Eulalia, la festividad de Barcelona que conmemora a la antigua patrona de la ciudad condal antes de que la Mercè se quedara con ese título. En la capital catalana se suele celebrar esta fiesta mayor de invierno con varios elementos emblemáticos, como la gigantona Laia, la figura que celebra 25 años.
Sin embargo, el origen de Santa Eulalia no es tan lúdico como la celebración que se hace hoy en día. De hecho, la tradición explica que Eulalia fue una niña que vivió entre los siglos III y IV después de cristo en una propiedad de las afueras de Barcelona, cerca de lo que hoy conocemos como el barrio de Sarrià. Vivía en una familia aristocrática, con una buena posición socioeconómica.
Sin embargo, su destino se truncó cuando el emperador Diocleciano puso en marcha una persecución religiosa, acorralando a todos los cristianos e impidiendo que rindieran culto a su Dios. Por contra, tendrían que venerar a las divinidades paganas, y para ello contrató al gobernador Publio Daciano para imponer su voluntad.
Sin embargo, Eulalia no quiso aceptar esta represión y por ello se presentó ante el Daciano para convencerle de que diera marcha atrás, peor en vez de salirse con la suya, tan solo despertó la ira del tirano, que tachó de "rebelión" el acto que había realizado.
La joven recibió torturas de todo tipo, desde forzarla a andar sobre brasas hasta arrancarle la piel con garfios. Cuando quisieron quemarla viva, el fuego se dirigió contra los funcionarios del Imperio. En situación normal, Eulalia no habría soportado todo el dolor, pero la tradición apunta a que se encomendó a Dios para que interviniera a su favor y la ayudara a resistir.
Finalmente, Eulalia acabó en una cruz, donde murió. Sobre sus restos, se fice que fueron desenterrados tras la invasión musulmana del siglo VIII y sus devotos buscaron un lugar seguro para él. En el 877, el obispo Frodoino en lo que hoy se conoce como la basílica de Santa María del Mar. En la actualidad, su sarcófago se encuentra en la catedral de Barcelona.
RELEGADA POR LA VIRGEN DE LA MERCÈ
Sin embargo, su figura como patrona se vio relegada tras la llegada de la Virgen de la Mercè. En el siglo XVII, se dice que salvó a Barcelona de una plaga de langostas después de que la población rezara por su fin. Este milagro impulsó el culto hacia la Virgen, quien acabó siendo la patrona también en 1868.
De esta forma, la ciudad condal pasó a tener dos patronas, algo que entristeció a Santa Eulalia, según la leyenda. De hecho, el dicho dice que para las fiestas de la Mercè, siempre llueve porque Santa Eulalia está triste y expresa su disconformidad enviando un gran chaparrón.
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