Cuatro de cada diez jóvenes barceloneses son extranjeros

Junts llega a un acuerdo con el PSOE mediante el cual la Generalitat asume la competencia sobre inmigración, justo en un periodo de notable aumento de la llegada de personas extranjeras y una disminución del respaldo al movimiento independentista

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Archivo - Vista panorámica de Barcelona.

 

Archivo - Vista panorámica de Barcelona.
Archivo - Vista panorámica de Barcelona.

Según los datos más recientes del padrón, obtenidos del 1 de enero de 2023, Barcelona cuenta con 1,66 millones de habitantes, de los cuales el 76,4% son de nacionalidad española y el 23,6% son extranjeros. Al analizar por grupos de edad, los extranjeros superan a los españoles en el tramo de 30 a 34 años, representando el 50,1% de los empadronados.

 

Los residentes con pasaporte extranjero en Barcelona son especialmente significativos en el rango de edad de 20 a 39 años, que es crucial para la formación de familias, alcanzando el 44,2% de la población en esa franja de edades.

 

PUNTO DE VISTA ECONÓMICO

 

La presencia de población extranjera en la economía española es innegable, ya que vienen para encontrar un empleo les permita vivir mejor que en sus países de origen. Hace un mes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los primeros datos del censo de población, indicando que el 1 de enero de 2023, España contaba con 48,08 millones de habitantes, experimentando un incremento de casi 600.000 en el último año.

 

Este aumento se atribuye principalmente a la llegada de residentes extranjeros, ya que el número de españoles aumentó en poco más de 18.000, mientras que el de personas de otras nacionalidades creció en más de 580.000. De esta forma, se alcanzaron los 6,09 millones, lo que representa el 12,7% del total. Es la primera vez en la historia que superan los seis millones.

 

 

Hasta el siglo XXI, la presencia de población extranjera en España había sido relativamente insignificante, ya que el país históricamente fue conocido por ser una nación de emigrantes a lo largo de varios siglos. Hasta el año 2001, el número de residentes extranjeros ni siquiera alcanzaba el millón. Sin embargo, el robusto crecimiento económico, especialmente durante la primera década, en gran medida asociado a la construcción, junto con la baja tasa de natalidad, impulsó la necesidad de importar mano de obra extranjera.


En un lapso de 25 años, la población extranjera en España ha experimentado prácticamente un aumento multiplicado por diez; pasando de poco más de seiscientos mil en 1998 a alcanzar los seis millones el año pasado. Mientras tanto, la población española ha aumentado en 2,7 millones en ese mismo periodo, llegando a los 41,9 millones.

 

Esta transformación en la estructura demográfica de la población española es percibida de manera diversa. Algunos la consideran una oportunidad, ya que la incorporación de estas personas ha contribuido al crecimiento económico, mientras que otros la ven como una amenaza significativa.
 

Desde una perspectiva sociológica, en ciertas ocasiones, las personas con menor nivel educativo consideran a los inmigrantes como competidores en la búsqueda y mantenimiento del empleo. En el ámbito político, partidos como Vox presentan a este colectivo como la principal amenaza para la seguridad, una afirmación que no respaldan los datos, y como un desafío para la sostenibilidad de los servicios y ayudas sociales, de los cuales son grandes beneficiarios, en detrimento de los ciudadanos nacionales.

 

Sin embargo, se pasa por alto el hecho de que los inmigrantes también son contribuyentes fiscales y que, debido a su edad, utilizan menos los servicios de salud y no perciben pensiones. Los partidos políticos que construyen su discurso en torno a la identidad son aquellos que más enfatizan la cuestión de los inmigrantes, y en este grupo se incluyen también algunos partidos independentistas.

 

JUNTS Y LA MIGRACIÓN

 

Actualmente, no se tiene certeza acerca de cómo gestionaría Junts la cuestión de la inmigración. En caso de una cesión inmediata, esta responsabilidad recaería en su principal competidor, ERC, que actualmente gobierna en solitario.

 

Lo que sí parece evidente es que dentro del independentismo catalán está surgiendo cierta urgencia ante el rápido crecimiento del número de inmigrantes. Este fenómeno parece generar preocupación, ya que se percibe como un factor que podría restar posibilidades al logro del ansiado referéndum de independencia, en caso de que este llegara a realizarse.

 


Los inmigrantes llegan al principio como extranjeros, pero con el tiempo, muchos de ellos y sus hijos adquieren la nacionalidad y, por ende, el derecho al voto. En las recientes elecciones generales, el PSOE se posicionó como el partido más votado en las cuatro provincias catalanas, superando incluso a ERC y Junts en número de votos en toda la comunidad.

 

Sin embargo, en la ciudad de Barcelona, se observa que el PSOE y Sumar sumaron más de la mitad de los votos del municipio, con un 33,2% y un 16,9%, respectivamente, en comparación con el 10,3% de Junts y el 12,2% de ERC. La combinación de estos dos partidos independentistas apenas supera el respaldo obtenido por el PP (15,9%) y Vox (5,9%).

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