Fulminado por TV3: Can Miserias, el restaurante que cerró tras el peor fracaso en televisión
El restaurante Can Miserias, con más de 100 años de historia en Barcelona, ha cerrado sus puertas después de recibir la peor puntuación jamás vista en el programa de TV3 ‘Joc de Cartes’
Aparecer en televisión puede ser un arma de doble filo, y el restaurante Can Miserias de Barcelona lo ha aprendido por las malas. Este emblemático local, ubicado en el Eixample y con más de un siglo de historia, ha tenido que cerrar sus puertas tras obtener la peor puntuación jamás registrada en el programa de TV3 ‘Joc de Cartes’. El negocio, que abrió como una bodega en 1921, se vio abocado al cierre definitivo después de recibir críticas devastadoras por su falta de higiene, mala conservación de alimentos y baja calidad en sus platos.
El fin de un clásico de Barcelona
El cartel de “Local Disponible” que cubre el letrero original de Can Miserias es ahora la señal más visible de que otro clásico de la restauración barcelonesa ha llegado a su fin. Este local, muy frecuentado por taxistas en sus primeros años debido a su cercanía con el mercado de Sant Antoni, había evolucionado para convertirse en un referente de la comida catalana tradicional. Sin embargo, su paso por Joc de Cartes, donde obtuvo una vergonzosa puntuación de 3,1, lo llevó a una caída irremediable.
La peor nota de la historia del programa
El presentador y chef Marc Ribas tampoco fue amable, otorgando al restaurante un 3,9. Las críticas se centraron en la falta de higiene y la baja calidad de la comida, algo que su propietario, Oriol Vallet, reconoció posteriormente, señalando que la experiencia en televisión fue difícil y que se sentía nervioso durante la grabación. A pesar de sus disculpas, el daño ya estaba hecho. El impacto de esta aparición en televisión se hizo evidente cuando, poco después de la emisión, el restaurante cerró definitivamente sus puertas.
Una lección amarga para la restauración
El caso de Can Miserias es un ejemplo de cómo una mala exposición mediática puede tener un impacto devastador para un negocio. Lo que parecía una oportunidad para revitalizar la marca se convirtió en la razón de su cierre. Con este final, Barcelona pierde un referente de su historia culinaria y deja una advertencia a otros restaurantes sobre los riesgos de aparecer en televisión sin estar preparados para las críticas.
El cierre de Can Miserias deja una lección clara: no todos los focos son positivos.
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