La Ordenanza de aguas grises de Barcelona comienza la tramitación

El Gobierno municipal ha aprobado el texto inicial de la ordenanza, que posteriormente se debatirá en la Comisión de Ecología, Urbanismo, Movilidad y Vivienda, y deberá aprobarse de forma definitiva en el Plenario

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Imagen del Ayuntamiento de Barcelona

 

La Comisión de Gobierno ha aprobado el texto inicial de la nueva Ordenanza de Aguas grises de Barcelona (OAG) que introducirá este sistema de reaprovechamiento del agua en edificios de nueva construcción y grandes rehabilitaciones. Las aguas grises son las aguas que se generan al ducharse o bañarse y que, con un sistema de recogida y tratamiento, se pueden recuperar para otros usos como llenar la cisterna del inodoro.

El reaprovechamiento de las aguas grises se suma a todas las iniciativas municipales encaminadas a reducir el consumo de agua potable en el ámbito doméstico. Un hogar de 4 personas genera unos 200 litros de aguas grises al día que, en caso de disponer de sistema de reaprovechamiento, podrían usarse para llenar las cisternas de los inodoros. Cada persona gasta de media unos 35 litros de agua todos los días con descargas de la cisterna.

La nueva normativa establece los criterios técnicos para aprovechar las aguas grises con garantía de calidad y sostenible. Este sistema de reutilización deberá ponerse en los siguientes casos:

  • Edificios de uso residencial de 16 o más viviendas de nueva construcción o en el caso de gran rehabilitación, siempre que haya una sustitución del edificio, a pesar de que se pueda mantener la fachada o algún elemento estructural.
  • Para edificios del resto de usos siempre que tengan un consumo igual o superior a 730 m3 de agua. Sean edificio de nueva construcción o rehabilitaciones que supongan una actuación global en todo el edificio y que implique alguna de las siguientes actuaciones: incremento de volumen o techo edificable, incremento del número de unidades funcionales existentes anteriormente, cambio de uso principal, redistribución general de espacio o sustitución del edificio aunque se mantenga la fachada o algún elemento estructural. Quedan exceptuados los centros hospitalarios, sanitarios, hogares y equipamientos sociosanitarios, guarderías o los edificios que ya prevén el uso de agua regenerada.

La Ordenanza permitirá ahorrar unos 136.000 m3 de agua potable cada año en el conjunto de la ciudad. En los hogares este ahorro es de un 33% respecto al consumo total de agua, alcanzando un ahorro de hasta 185 euros anuales.

La nueva normativa se despliega en el marco del Plan Clima y se incorpora como una herramienta más para reducir el consumo de agua potable en la ciudad. Mujer continuidad a lo que ya se hace en el distrito de Gràcia y en el ámbito del 22@ que, con su MPGM, ya incluyen la obligatoriedad de desarrollar estos sistemas de reaprovechamiento en los nuevos edificios.

Barcelona, ​​por tanto, avanza al convertirse en una ciudad resiliente ante los efectos negativos del cambio climático, como pueden ser situaciones de sequía como la que se vive actualmente y una disminución de la pluviometría media. Se da un paso adelante para desplegar al máximo la competencia municipal para reducir, con la ampliación de recursos hídricos alternativos, el consumo de agua potable en la ciudad. En este sentido, la nueva Ordenanza complementa otras medidas como la limpieza de calles con agua freática o ampliación de la red de agua freática con el objetivo de disponerla para el riego.

El texto inicial ya incorpora las aportaciones que se han realizado a través de un proceso participativo entre los meses de marzo y mayo. Participaron 570 personas que realizaron 155 propuestas, de las cuales el 85% se han incorporado a la normativa. En el proceso ha participado agentes técnicos, representantes de universidades y centros de investigación, profesionales del sector, usuarios y usuarios y otros colectivos interesados. Todo ello ha permitido constituir una comisión de seguimiento, formada por técnicos municipales y otros expertos, para maximizar los esfuerzos de este proceso participativo y conseguir la mayor representatividad y mejorar el texto de la propuesta inicial. En el marco de este proceso también se realizó una encuesta que recibió 476 respuestas.

Ahora se abrirá un plazo de alegaciones, se debatirá en la Comisión de Ecología, Urbanismo, Movilidad y Vivienda y posteriormente deberá aprobarse de forma definitiva en el Plenario.

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