Del hospital a la calle: el drama de las personas sin hogar una vez que han recibido el alta médica
La Fundación Arrels denuncia que sólo al 13% de las personas que viven en la calle se les ofrece alojamiento después de pasar por un hospital
La mayoría de las personas que duermen en la calle vuelven después de recibir el alta hospitalaria. Además, una de cada cuatro no puede tomar los medicamentos recetados y un 25% no dispone de cobertura dentro del sistema sanitario público catalán. Estos datos se extraen del primer Monográfico sobre salud y atención sanitaria a las personas que viven en la calle en la ciudad de Barcelona, elaborado por Arrels Fundació a partir de encuestas realizadas a personas sin hogar e información recopilada sobre personas sin techo difuntas.
El sinhogarismo implica una constante vulneración de los derechos humanos. Esta vez centramos el foco en la situación sanitaria y la salud de las personas que viven en la calle. Mediante los datos obtenidos en las encuestas que organizamos para la "Radiografía de una ciudad sin hogar" y los relativos a personas difuntas en Barcelona, hemos elaborado el primer Monográfico sobre salud y atención sanitaria de las personas sin hogar en Barcelona. El objetivo es poner de manifiesto la vulnerabilidad de este colectivo, sus dificultades de acceso al sistema de salud y el impacto devastador que todo esto tiene en su esperanza de vida.
En Barcelona, un 42% de las personas que viven al raso valoran negativamente su estado de salud, mientras que en el conjunto de la población de la ciudad esta valoración negativa no llega al 20%.
Existen diferencias significativas en la percepción de enfermedades crónicas entre las personas sin hogar encuestadas (4 de cada 10) y el conjunto de la población barcelonesa. La principal enfermedad crónica declarada por las personas que viven en la calle es el trastorno mental (33,1) %), seguida de enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis o las hepatitis víricas (23,5 %), y de enfermedades del aparato locomotor (17,9%).
Los datos del conjunto de la población de Barcelona provienen de la Enquesta de Salut de Catalunya (ESCA) del Departamento de Salud para la región sanitaria de Barcelona ciudad, y hacen referencia a la población de 15 o más años. la muestra de la ESCA, el cálculo de indicadores según región sanitaria requiere combinar las muestras de dos anualidades, en este caso correspondientes a los años 2021 y 2022.
La percepción del estado de salud empeora claramente cuanto más tiempo pasan las personas viviendo al raso. Cuando superan los seis meses, ya se detecta un notable deterioro, ya partir de los cinco años, la mitad valoran negativamente su estado de salud.
Una consecuencia directa de no recibir la visita de un/a trabajadora social durante el ingreso hospitalario es no poder preparar una buena salida en el proceso de alta médica. Sólo a un 13 % se les ofreció un alojamiento cuando se les dio el alta médica . Salir de un hospital y volver directamente a vivir un episodio de calle supone un impacto emocional importante y es poco eficiente en términos de atención médica si es necesario seguimiento, cuidados o medicación importante .
El alojamiento de convalecencia es esencial para una buena rehabilitación y es una oportunidad para establecer mecanismos de coordinación entre servicios para prevenir nuevos episodios de calle. Ciertamente, no recibir esta visita de un/a trabajadora social puede darse por diferentes circunstancias: desconocimiento de la situación de calle por parte del personal sanitario, la no mención por parte de la persona, equipos de trabajadoras sociales en hospitales sobrecargados, entre otros. Es necesario un despliegue de la Estrategia Estatal de Desinstitucionalización en el ámbito catalán mediante la cual se dediquen más recursos y mejoras en los circuitos y protocolos de prevención en este estadio.
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