La sangría de cierres del pequeño comercio en Barcelona: ¿hay remedio o es una causa perdida?

La papelería Conesa, la perfumería Regia, la tienda de manga Global Freaks, la sastrería Allueva, la bodega Salvat... En los últimos meses, Barcelona ha visto como bajaban la persiana varios comercios emblemáticos, algunos de ellos directamente históricos. 

Pero esto no es un fenómeno únicamente reciente; en 2024 también bajaron la persiana tiendas emblemáticas de la capital de Catalunya como la zapatería Calçats Cubedo, el Bar Nino y la Casa Gallofré. 

En muchos casos la causa del cese de actividad es la falta de relevo generacional, aunque en algunos casos hay otras razones, como la voluntad de dar un giro profesional a la vida de los propietarios o simplemente un cambio de modelo de negocio: adiós a la venta presencial, hola a la venta online, para tratar de beneficiarse de las bondades de la red.

Problemas

La situación, pues, es la que es, pero... ¿por qué se suceden los cierres? ¿Hay algo que se pueda hacer para darle la vuelta a la situación?

Joan Guillén, presidente del Consell de Gremis de Foment del Treball, explica a CatalunyaPress que un gran problema en la actualidad es que "la actividad comercial no está prestigiada". "No hay reconocimiento en estos momentos y esto provoca que sea difícil que entre gente en el sector", añade.

Además, los comerciantes se encuentran con una barrera que, en ocasiones, también vive cualquier otro ciudadano: la burocracia. "El exceso de trámites lo complica todo aún más", diagnostica Guillén.

Por último, el miembro de la patronal señala la reducción de la jornada laboral como un varapalo para los pequeños comerciantes. "Algunos sectores ya la están aplicando, pero calculamos que afectará a centenares de miles de empresas", cree. "Lo que provoca es que se pierde competitividad y, en el caso de comercio de proximidad, desinterés, desafección", añade.

Y en última instancia, puede acabar provocando que "establecimientos que funcionan, que son viables económicamente, terminan no sobreviviendo".

Soluciones

Y entonces, ante esto... ¿cuál es la forma de actuar? Guillén lo tiene muy claro. "Se debe prestigiar la actividad comercial otra vez", considera, añadiendo que debe "recuperar el reconocimiento que ha perdido en los últimos años".

Para ello es fundamental la "acreditación de competencias profesionales". Esto debe servir, a su modo de ver, para que "los clientes lo vean y sean conscientes de la calidad que hay en el comercio". "Luchar contra el intrusismo es difícil, porque no juegan con las mismas normas que rigen el juego", valora Guillén, que dice que también es fundamental que "las administraciones simplifiquen los trámites".

Guillén añade también que la entidad que preside funciona como "un paraguas", que deriva a los gremios locales los problemas que puedan detectar. De este modo, según dice el cargo de Foment, "se puede llegar más fácilmente a los trabajadores o se les pueden dar soluciones a los que se vean en riesgo de cerrar".