Barcelona, en lucha contra el incivismo y el turismo masivo: papeleras innovadoras y sanciones ejemplares
La capital catalana apuesta por multas de hasta 600 euros para reforzar la limpieza urbana y controlar el impacto del turismo en zonas clave
Barcelona ha dado un paso decisivo para frenar el deterioro del espacio público provocado por la alta densidad turística y el incivismo en sus calles. Coincidiendo con la inminente llegada de la temporada alta, el Ayuntamiento ha activado una nueva estrategia que pone el foco en la limpieza, la sostenibilidad y la convivencia ciudadana. Entre las medidas más llamativas, destaca la instalación de papeleras autocompactadoras en puntos emblemáticos como los alrededores de la Sagrada Familia, una de las zonas más transitadas de la ciudad.
Estas nuevas papeleras, además de gestionar de manera más eficiente los residuos en zonas de gran afluencia, tienen un componente disuasorio y normativo: quienes no las utilicen correctamente podrán ser multados con hasta 600 euros. La iniciativa forma parte del Plan de acción del Espacio de Gran Afluencia (EGA) y el Pla Endreça, que abarca el periodo 2024-2027 y que cuenta con una dotación presupuestaria de 15,4 millones de euros.
Papeleras inteligentes y multas ejemplares
Las diez primeras papeleras autocompactadoras ya se han instalado en el entorno de la Sagrada Familia, coincidiendo con la llegada de las primeras oleadas de turistas con la Semana Santa. Estos dispositivos no solo amplían la capacidad de almacenamiento de residuos, sino que contribuyen a reducir la frecuencia de recogida y mejorar el impacto visual y ambiental de las zonas afectadas. Sin embargo, lo que realmente marca un antes y un después es su capacidad de sanción para aquellos que no cumplan las normas de convivencia marcadas por el reciente modelo de gestión, enmarcada dentro del Plan Endreça, una hoja de ruta del consistorio para combatir el incivismo.
De este modo, la Guardia Urbana de Barcelona queda habilitada para interponer sanciones económicas a quienes incumplan las normativas de gestión de residuos: desde dejar basura fuera de los contenedores hasta abandonar enseres voluminosos en zonas prohibidas. Según datos facilitados a CatalunyaPress, solo en 2024 ya se han registrado más de 133.000 denuncias por comportamientos incívicos, una cifra que refleja la magnitud del problema y la urgencia de actuar con firmeza.
En este ámbito de control y sanción no únicamente se fija en la gestión de residuos, sino que también vigilará conductas sancionables en la degradación del entorno público como puede ser escupir en la calle, con una sanción de hasta 300€.
Un plan integral para recuperar las calles
Las papeleras sancionadoras no son una acción aislada. Se integran dentro de un plan mucho más amplio que pretende ordenar y armonizar la relación entre los residentes y el turismo. Tal como han confirmado fuentes oficiales del Ayuntamiento, CatalunyaPress puede confirmar que el objetivo prioritario de esta nueva medida es "regular el turismo en la ciudad y asegurar la convivencia con el espacio público".
Por ello, se incrementará la presencia de agentes cívicos en las zonas turísticas, se reforzarán los dispositivos de limpieza y seguridad, y se impulsarán campañas de concienciación ciudadana. Todo ello con el fin de consolidar un modelo de ciudad que gestione mejor su éxito turístico sin renunciar a la calidad de vida de sus vecinos.
Sagrada Familia, el epicentro del cambio
La zona que rodea a la Sagrada Familia, donde confluyen miles de visitantes cada día, se ha convertido en laboratorio urbano para este nuevo enfoque. En total, el EGA prevé 37 actuaciones que se implementarán progresivamente no solo en este entorno, sino también en otras áreas saturadas como el litoral barcelonés o el distrito de Ciutat Vella.
Desde el consistorio se destaca que este modelo busca minimizar los efectos negativos del turismo masivo. La portavoz del Ayuntamiento explicó que estas medidas representan "una forma de ordenar el espacio público en los puntos de más presión urbana, mejorando su uso tanto para residentes como para visitantes".
Un modelo para mirar al futuro
Barcelona se enfrenta al reto de seguir siendo un destino atractivo sin perder su esencia de ciudad vivible y respetuosa con el entorno. Las papeleras sancionadoras son un símbolo del cambio de paradigma: del turismo sin límites, al turismo gestionado, sostenible y compatible con el bienestar vecinal.
A medida que el proyecto avance, será clave valorar su impacto real y ajustar las estrategias en función de los resultados. Lo que está claro es que Barcelona no quiere resignarse a una ciudad desbordada, y con estas medidas aspira a marcar el camino de otras capitales europeas que viven problemáticas similares.
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