El cambio climático en su punto más crítico: El mundo sufre la semana más caliente jamás registrada

La comunidad científica reacciona con pesar ante décadas de advertencias ignoradas sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

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Catalunyapress investigcalor

 

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La comunidad científica reacciona con pesar ante décadas de advertencias ignoradas sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. | @EP

El mundo ha vivido una experiencia sorprendente, soportando la semana más calurosa jamás registrada entre el 3 y el 10 de julio de este año. Los meteorólogos advierten que lo peor está por venir, y mucho más.

 

Los niveles crecientes de dióxido de carbono en la atmósfera y una inusual banda de fuertes vientos que se ha mantenido sobre el Atlántico ya han desencadenado olas de calor en Texas, Grecia, España, Italia y muchas otras naciones.

 

 

Las alertas meteorológicas rojas se han emitido en toda Europa; los incendios forestales están arrasando en Croacia, en la costa del Adriático, y en Navarra, España, mientras que lugares turísticos como la Acrópolis han tenido que cerrar debido a temperaturas que han alcanzado los cuarenta grados. Según la Organización Meteorológica Mundial, desde que se empezaron a medir las temperaturas del aire en la década de 1850, la Tierra no ha experimentado nada semejante. "Estamos en territorio desconocido, y eso es una noticia preocupante para el planeta", afirmó el Profesor Christopher Hewitt, director de servicios climáticos de la WMO.

 

Esta posición ha sido respaldada por Karsten Haustein, investigador en radiación atmosférica de la Universidad de Leipzig, quien afirma que "las probabilidades indican que el mes de julio será el más caluroso jamás registrado... 'jamás' en referencia al periodo interglacial de Eem, hace unos 120,000 años".

 

A esto se suman los factores que han desencadenado las olas de calor récord actuales, como un creciente evento de El Niño en el Pacífico que está empezando a hacerse sentir en todo el mundo. El Niño es un evento climático periódico que ocurre cuando la circulación del océano Pacífico ecuatorial cambia y su temperatura aumenta, provocando impactos de calor en cadena en todo el mundo.

 

"Un El Niño típico agrega temporalmente alrededor de 0.2°C a la temperatura global promedio", explicó Jeff Knight, director de modelización de variabilidad climática en la Oficina Meteorológica del Reino Unido. "Este aumento queda opacado por el incremento de 1.2°C causado por el cambio climático desde la Revolución Industrial, pero aun así, sumado al calentamiento inducido por el ser humano, es muy probable que se establezca un nuevo récord de temperatura global antes de finales del próximo año".

 

Como resultado, muchos científicos advierten que este año o el próximo podríamos sobrepasar el umbral de 1.5°C establecido por el IPCC como límite superior para un aumento del calentamiento global que evitaría que el planeta atraviese puntos de inflexión meteorológicos que podrían provocar cambios irreversibles en los patrones climáticos mundiales.

 

Los científicos agregan que las consecuencias de una nueva ola de calor récord serían profundas y peligrosas. Se estima que más de 61,000 personas murieron el verano pasado debido a las temperaturas extremas que azotaron Europa.

 

Dada la probabilidad de que este récord se supere este año -o a más tardar el próximo- hay una fuerte posibilidad de que la cifra sombría de muertes de 2022 se supere muy pronto, y naciones mediterráneas como Grecia, España e Italia serían las más afectadas.

 

El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que "el cambio climático está fuera de control", y alertó que si el mundo sigue retrasando las medidas clave necesarias para limitar las emisiones de combustibles fósiles, se encaminará hacia "una situación catastrófica".

 

 

Ante esta alarma, muchos científicos reaccionan con resignación y pesar. Han advertido durante más de 30 años que la continua quema de combustibles fósiles desencadenaría las olas de calor que estamos experimentando ahora.

 

"La alta temperatura global no debería sorprendernos en absoluto", señaló el Profesor Richard Betts, científico climático de la Oficina Meteorológica y la Universidad de Exeter. "Todo esto es un fuerte recordatorio de lo que hemos sabido durante mucho tiempo, y veremos cada vez más extremos hasta que dejemos de acumular más gases de efecto invernadero en la atmósfera".

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