VÍDEO | El rol crucial de las abejas: ¿Qué hacen con el polen?

La interacción entre las abejas y el polen tiene un impacto enorme en la biodiversidad y la producción de alimentos

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Foto: Inteligencia Artificial

 

Las abejas, pequeñas pero poderosas, juegan un papel fundamental en nuestro ecosistema. Estos incansables polinizadores tienen una relación única con las flores, recolectando y transformando el polen de maneras sorprendentes. La interacción entre las abejas y el polen tiene un impacto enorme en la biodiversidad y la producción de alimentos, lo que hace que su labor sea esencial para la vida en nuestro planeta.

Este artículo explora a fondo qué hacen las abejas con el polen. Vamos a ver por qué el polen es tan importante para estos insectos y cómo lo recolectan de las flores. También examinaremos el proceso fascinante mediante el cual las abejas transforman este valioso recurso. Entender estas dinámicas nos ayuda a apreciar mejor el papel crucial de las abejas en nuestro mundo.

 

La importancia del polen para las abejas

 

El polen tiene un papel fundamental en la vida de las abejas. Este valioso recurso natural es esencial para la supervivencia y el desarrollo de la colonia. Las abejas lo recolectan de las flores y lo transforman en un alimento altamente nutritivo conocido como "pan de abeja".

 

Fuente de proteínas

 

El polen es la principal fuente de proteínas para las abejas melíferas. Además, proporciona grasas, lípidos, minerales y vitaminas esenciales para su dieta. El contenido proteico del polen es crucial para el desarrollo saludable de las abejas jóvenes y la producción de crías. Se ha determinado que el nivel mínimo de proteína requerido para las abejas melíferas está entre el 20% y el 25% de proteína cruda.

Una dieta rica en polen de alta calidad tiene un impacto positivo en la longevidad de las abejas obreras. Por el contrario, cuando las abejas dependen de polen bajo en proteínas, la producción de crías se reduce significativamente. Esto resalta la importancia de tener acceso a polen variado y nutritivo para mantener la salud de la colonia.

 

Alimento para las larvas

 

El polen juega un papel crucial en la alimentación de las larvas de abeja. Durante los primeros tres días de su desarrollo, todas las larvas reciben jalea real. Después de este período, las larvas destinadas a convertirse en obreras y zánganos son alimentadas con una mezcla de miel y polen. Esta dieta es fundamental para su crecimiento y desarrollo adecuados.

Las abejas nodrizas, que son abejas jóvenes, producen jalea real durante los primeros diez días de su vida adulta. Esta producción depende directamente del suministro de polen. Si hay escasez de polen, las nodrizas dejan de producir jalea real, lo que afecta negativamente la alimentación de las larvas y, por ende, el futuro de la colonia.

 

Maduración de ovarios en hembras

 

El polen también tiene un impacto significativo en el desarrollo de los órganos reproductivos de las abejas hembra. Durante el período larvario, se forma una masa granulosa en la parte posterior de la región dorsal de las larvas, entre el corazón y el intestino. Esta masa dará lugar a los ovarios en las hembras y a los testículos en los zánganos.

Una dieta adecuada en polen es esencial para el desarrollo completo de estos órganos reproductivos. Si el polen disponible no es rico en proteínas, aunque sea abundante, el desarrollo de las larvas se ve afectado. En casos extremos, la falta de proteínas puede llevar a la muerte de las larvas antes de que lleguen a ser insectos adultos.

 

 

El proceso de recolección del polen

 

Las abejas melíferas han desarrollado un proceso fascinante y eficiente para recolectar polen. Este proceso involucra estructuras especializadas, comportamientos de forrajeo específicos y una notable eficiencia en la recolección.

 

Estructuras especializadas

 

Las abejas obreras poseen adaptaciones únicas para la recolección de polen. En sus patas traseras, tienen una estructura llamada corbícula o "canasta de polen". Esta es una escopa especializada que permite transportar tanto polen como néctar. Las abejas también tienen pelos plumosos en sus cuerpos que ayudan a atrapar el polen mientras visitan las flores.

 

Comportamiento de forrajeo

 

El forrajeo de polen es un comportamiento colectivo organizado con precisión. Las abejas regulan cuidadosamente esta actividad según el nivel de almacenamiento de polen en la colmena, los recursos disponibles y las condiciones climáticas. Cuando las reservas de polen en la colonia disminuyen, se desencadena un cambio en el comportamiento de las forrajeras. La colonia recluta más recolectoras de polen y aumenta la frecuencia de los viajes de forrajeo.

 

Eficiencia en la recolección

 

Las abejas han desarrollado métodos altamente eficientes para recolectar y transportar polen. Utilizan sus patas delanteras para raspar el polen de los estambres y pétalos de las flores. Luego, mezclan el polen con néctar regurgitado, formando una bola viscoelástica que adhieren a las corbículas de sus patas traseras. Esta consistencia viscoelástica asegura que el polen llegue de manera segura a la colmena sin pérdidas durante el vuelo.

Se ha estimado que una abeja recolectora puede llevar a la colmena una media de 15 miligramos de polen en cada viaje. En colmenas fuertes, se pueden recolectar de 20 a 40 kilos de polen al año. La eficiencia en la recolección también se ve influenciada por factores como el tamaño de los granos de polen de diferentes especies de plantas y las condiciones de la colmena.

 

Transformación del polen por las abejas

 

Adición de néctar y enzimas

 

Las abejas tienen un proceso fascinante para transformar el polen recolectado. Al llegar a la colmena, las obreras depositan el polen en las celdillas de los panales. Otras abejas, conocidas como "manipuladoras", mastican y untan el polen con su saliva, creando una masa impregnada de enzimas. Este proceso es crucial, ya que las enzimas de la saliva de las abejas inician la transformación del polen.

Las obreras apisonan esta masa en las celdillas, formando capas compactas de polen procesado. Cada capa se cubre con una fina película de miel, que juega un papel importante en la fermentación posterior. La miel humecta la exina, la capa exterior dura de los granos de polen, y la rompe, permitiendo que penetre en el interior del grano.

 

Fermentación y conservación

 

Una vez llena la celdilla, comienza un proceso de fermentación acidoláctica que dura aproximadamente 12 horas. En este proceso intervienen hongos del azúcar (aportados por la miel), levaduras y lactobacterias. La fermentación se desarrolla en cuatro fases:

  1. Aparición de lactobacterias, levaduras y bacterias aeróbicas.
  2. Desarrollo de bacterias lactoácidas (estreptococos).
  3. Aumento de la acidez del polen e incremento del contenido de vitamina B.
  4. Desaparición de los estreptococos y desarrollo de lactobacilos.

Entre los días 7 y 15 después de la recolección, las lactobacterias y algunas levaduras desaparecen. La acidez aumenta significativamente, el polen pierde su capacidad de germinar y se desarrollan propiedades antibióticas.

 

Creación de "pan de abeja"

 

El resultado de este proceso es el "pan de abeja", un producto más rico en proteínas solubles y aminoácidos que el polen original. El pan de abeja tiene varias funciones en la colmena:

  1. Alimento para las abejas jóvenes.
  2. Nutrición para las crías en sus primeros días.
  3. Ingrediente esencial de la jalea real.

 

El pan de abeja es más digerible y tiene un mayor aporte energético que el polen sin procesar. Además, gracias a la acidificación producida por el ácido láctico y las propiedades conservantes de la miel, se mantiene en buenas condiciones durante mucho tiempo. Este alimento es fundamental para la supervivencia y el desarrollo saludable de la colonia de abejas.

 

La importancia de las abejas

 

Las abejas tienen una influencia significativa en nuestro ecosistema, desempeñando un papel vital en la polinización y la producción de alimentos. Su relación única con el polen no solo es esencial para su propia supervivencia, sino que también tiene un impacto en la biodiversidad global. El proceso de recolección y transformación del polen por parte de las abejas es una maravilla de la naturaleza, demostrando la eficiencia y la adaptación evolutiva de estos pequeños pero poderosos insectos.

Entender la importancia de las abejas y su interacción con el polen nos ayuda a valorar mejor su papel en el mundo natural. La creación del pan de abeja, un alimento rico en nutrientes, muestra la increíble capacidad de las abejas para transformar recursos naturales. Este conocimiento subraya la necesidad de proteger a las abejas y sus hábitats, no solo para su bienestar sino también para mantener el delicado equilibrio de nuestros ecosistemas y asegurar la producción de alimentos para el futuro.

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