Canalizar ríos y limpiar cauces aumenta la "fuerza destructiva" del agua
Un experto asegura que la vegetación de los ríos "está adaptada a las crecidas"
El técnico de investigación del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf), Pau Fortuño, ha asegurado que "las canalizaciones de los ríos y las mal llamadas limpiezas de los cauces aumentan la velocidad del agua y, por tanto, su fuerza destructiva", en el marco de las consecuencias de la DANA en Valencia.
En un comunicado de este miércoles del Creaf, Fortuño explica que "muchas veces los grandes males de una riada no vienen dados por la riada en sí, sino porque el agua coge estas grandes velocidades arrasadoras".
"Cuando las personas hablan de limpiar los cauces de ríos hacen referencia a extraer su vegetación y esto es un error hidrológico y ecológico grave. La vegetación que rodea a los ríos está adaptada a las crecidas, porque es flexible y robusta a la vez, y hace de freno. Es parte de su función natural", ha afirmado.
Según el técnico, si se extrae esta vegetación y se comienza a canalizar los ríos, "el agua va cogiendo más y más velocidad a medida que desciende desde las cabeceras o la zona del temporal porque no encuentra ninguna fricción que la frene y, cuando encuentra una curva por dónde salir, los efectos son peores".
"No existe riesgo cero"
Fortuño ha considerado que "no existe riesgo cero" pero que para disminuir las consecuencias de las riadas es necesario que los cauces no estén ocupados por casas, naves industriales o comerciales, carreteras, vías de tren o muros de contención y que tengan márgenes para crecer y decrecer sin poner en peligro a la población.
Además, en estos márgenes no puede faltar la vegetación autóctona, el clásico bosque de ribera, porque es lo que ayudará a controlar la velocidad del río de forma estable a lo largo de los años: "Es una restauración de la naturaleza urgente".
Casos
Cree que la canalización del Turia ha ayudado a que en Valencia ciudad no se hayan dado graves problemas, pero que "también ha desviado el problema hacia el sur de la ciudad, en la zona de la Ribera Baixa, que ha sido la más afectada y donde fueron a parar otros arroyos y barrancos que llevaban volúmenes de agua inmensos".
En el caso valenciano, "la suma de unas rieras estrechas, edificadas en los alrededores, canalizadas, con vías de comunicación transversales y sin vegetación ha sido uno de los motivos de tanta potencia de impacto".
El experto dice que en Catalunya también existen muchas zonas inundables con estos mecanismos, como en el río Llobregat o el Garona, que "ya causó destrozos" en Vielha (Lleida) en 2013.
"Ya hay casos de éxito demostrado de cómo la retirada de canalizaciones y el retorno del río a su canal natural están evitando inundaciones, como es el caso del tramo final del río Arga, en Navarra", ha añadido.
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