Fallece Ana María Lajusticia, pionera del magnesio y fundadora de su propia marca, a los cien años
La reconocida bioquímica fue una de las primeras en promover los suplementos de magnesio en España, revolucionando el campo de la nutrición y abogando por un estilo de vida saludable
Ana María Lajusticia, una de las pioneras de la nutrición en España y fundadora de la marca de suplementos que lleva su nombre, ha fallecido a los cien años. “Despedimos con amor y profunda admiración a esta excepcional científica, pionera en introducir el magnesio como complemento clave en la alimentación”, anunció su empresa en un comunicado este 7 de noviembre. La marca destacó su carácter "inquieto y valiente" y su compromiso con un propósito: promover la salud y la accesibilidad de la buena alimentación para todos.
Una vida de ciencia y perseverancia
Nacida en Bilbao el 26 de julio de 1924, Ana María Lajusticia fue una de las pocas mujeres que cursaron Ciencias Químicas en la Universidad Complutense de Madrid. “En clase éramos como nueve o diez de unos 180 o 190 alumnos”, recordaba Lajusticia, quien en sus años de estudiante se ganó el apodo de “Ana Mari, la de las matrículas” por sus excelentes calificaciones. Su carrera comenzó en 1947, cuando, con apenas 24 años, fue nombrada jefa de los Laboratorios Minersa.
Más adelante, se trasladó a Cataluña, donde trabajó como profesora de Ciencias Naturales y de Física en un instituto y luego abrió su propio herbolario, en el que comenzó a difundir sus conocimientos sobre el magnesio y la alimentación. Sus clases eran fruto de largas jornadas de estudio, y quienes la conocieron aseguran que nunca dejó de aprender, siempre acompañada de libros.
El descubrimiento del magnesio y una lucha contracorriente
A los 41 años, Lajusticia fue diagnosticada con diabetes tipo 2, lo que la impulsó a estudiar la nutrición desde una perspectiva científica. Su interés por el magnesio surgió cuando leyó sobre sus beneficios para la salud en los años 70, una época en la que el suplemento aún era desconocido para el gran público. Al ver que el magnesio le ayudó a combatir una afección crónica de forúnculos, decidió dedicarse a difundir sus beneficios. Para contrarrestar las críticas, Lajusticia puso su firma y su cara en cada envase, convencida de la base científica de su trabajo: “Estoy tan segura de lo que digo y de lo que hago… no porque sea mi opinión, sino porque lo dice la química”.
En 1980, fundó su propia marca de suplementos, con el magnesio como buque insignia. Desde entonces, su imagen se ha mantenido como símbolo de la marca, que en la actualidad dirige su nieta Lara Feliú, quien ha seguido sus pasos.
Una mente pionera con reconocimiento internacional
Lajusticia fue una autodidacta incansable, y su pasión por el magnesio la llevó a viajar por el mundo en busca de más conocimientos. En un simposio en honor al Nobel Severo Ochoa, quedó convencida del papel crucial del magnesio en el cuerpo humano y decidió asistir a convenciones internacionales, incluida una en Montreal a la que viajó sola.
A lo largo de su vida, Lajusticia abogó por democratizar el acceso al conocimiento y al consumo de este mineral. Con sus libros de nutrición y sus suplementos, logró acercar al público los beneficios de una vida saludable. Hasta el final de sus días, la científica bilbaína continuó inspirando a generaciones, afirmando con humildad que tuvo la suerte de estar “en el sitio adecuado, en el momento preciso”.
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