Fumar desde la infancia podría destrozar tu corazón antes de los 30
Los investigadores descubrieron que el tabaquismo entre los 10 y los 24 años de edad se asociaba con un 33% a un 52% de probabilidades de sufrir una lesión cardíaca estructural y funcional prematura
Un estudio de la Universidad de Finlandia Oriental (Finlandia) muestra que el tabaquismo desde la infancia hasta la edad adulta temprana se asocia con un mayor riesgo de lesión cardíaca prematura; este daño temprano a la estructura y función del corazón también puede aumentar significativamente la probabilidad de mortalidad cardiovascular (ECV) futura en la mediana edad.
"Nuestro objetivo es proporcionar datos a los responsables de las políticas, los médicos y los profesionales de la salud pública sobre el momento crucial para prevenir el tabaquismo y sus consecuencias tempranas en los jóvenes", cuenta Andrew Agbaje, autor principal del estudio y profesor asociado de Epidemiología Clínica y Salud Infantil en la Universidad de Finlandia Oriental.
"Los padres y los cuidadores deben dar ejemplo y las agencias gubernamentales deben ser audaces para abordar el riesgo de enfermedades cardíacas prevenibles mediante la creación de un país libre de humo y nicotina. Aumentar los impuestos al tabaco es insuficiente porque el costo de la atención médica debido a las enfermedades relacionadas con el tabaquismo supera dos veces los beneficios fiscales del tabaco", añade.
En concreto, los investigadores de la Universidad de Finlandia Oriental en colaboración con la Universidad de Bristol (Reino Unido) utilizaron los datos de la cohorte de nacimiento del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos (ALSPAC) para examinar el impacto del tabaquismo durante el crecimiento desde la niñez hasta la adultez temprana y su asociación con lesiones cardíacas estructurales y funcionales.
La lesión cardíaca se refiere al daño al músculo cardíaco, o al miocardio, y puede ocurrir por causas como isquemia (flujo sanguíneo reducido), inflamación, traumatismo o enfermedades crónicas. El aumento de la masa cardíaca es el aumento del tamaño o peso del corazón y a menudo se asocia con hipertrofia cardíaca, o engrosamiento de las paredes del músculo cardíaco. Ambas afecciones pueden afectar la función cardíaca.
El tabaquismo adolescente se ha asociado con lesión vascular en la adolescencia y mortalidad por ECV en la mediana edad. Sin embargo, los estudios de la estructura y función cardíacas en niños sanos son escasos, ya que la lesión cardíaca en la infancia suele deberse a eventos clínicos poco frecuentes.
El análisis, publicado publicado en 'JACC', la revista insignia del Colegio Americano de Cardiología, incluyó a 1.931 adultos jóvenes con tabaquismo completo y medidas ecocardiográficas a los 24 años. La prevalencia de tabaquismo fue del 0,3%, 1,6%, 13,6%, 24% y 26,4% a las edades de 10, 13, 15, 17 y 24 años, respectivamente, y el 60% de los que iniciaron el tabaquismo en la infancia continuaron fumando a los 24 años.
Los investigadores descubrieron que el tabaquismo entre los 10 y los 24 años de edad se asociaba con un 33% a un 52% de probabilidades de sufrir una lesión cardíaca estructural y funcional prematura. Además, se asociaba con un aumento de la masa cardíaca, incluso después de controlar los factores de riesgo competitivos. Más concretamente, se pudo observar que la prevalencia de hipertrofia ventricular izquierda (VI) aumentó del 2,8% al 7,5% a los 24 años.
Por otra parte, la prevalencia de disfunción diastólica del ventrículo izquierdo (DVI) aumentó del 10,4% al 16,9% a los 24 años. También se observó mayor riesgo de espesor relativo de la pared (RWT) elevado y presión de llenado del ventrículo izquierdo (LVFP) elevada. Igualmente, se encontró un aumento del índice de masa ventricular izquierda (IMVI) en modelos ajustados y no ajustados entre los 17 y los 24 años.
"Este estudio demuestra que el tabaquismo entre los adolescentes no solo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas en el futuro, sino que también provoca daños tempranos y duraderos en el músculo cardíaco y su funcionamiento", apunta Emily Bucholz, profesora adjunta de Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) y editora asociada de JACC.
"Es una llamada de atención para que se tomen medidas de prevención para proteger los corazones de los jóvenes desde una edad temprana". Entre las limitaciones del estudio se incluyen datos insuficientes sobre las influencias socioambientales, como el tabaquismo de los padres, el tabaquismo de amigos y compañeros, o el consumo de alcohol.
Además, no se disponía de los niveles de cotinina, que ayudan a cuantificar la exposición real a la nicotina, para su análisis. Por último, la mayoría de los participantes del estudio eran caucásicos, lo que puede hacer que los resultados no se puedan generalizar a otros grupos raciales.
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