¡El planeta al borde del colapso! La biodiversidad acuática enfrenta su peor crisis

Más de 4.000 especies de peces, cangrejos y libélulas se enfrentan a un futuro incierto

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Peces de agua dulce
Peces de agua dulce - UNSPLASH

 

El futuro de las especies acuáticas de agua dulce está más amenazado que nunca. Según la mayor evaluación mundial realizada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el 24% de estas especies, que incluyen peces, libélulas, cangrejos, y camarones de agua dulce, están en grave riesgo de extinción. En total, al menos 4.294 especies de las 23.496 incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas se encuentran en peligro, una cifra alarmante que pone en entredicho la salud de los ecosistemas acuáticos del planeta.

Este exhaustivo análisis, que ha tomado más de 20 años de trabajo por parte de más de 1.000 expertos internacionales, ha sido publicado en la revista Nature y ha arrojado resultados preocupantes para la biodiversidad de nuestros ríos, lagos y humedales. En él se presentan medidas urgentes para prevenir nuevas extinciones y se hace un llamado a la acción a gobiernos y sectores industriales para que utilicen estos datos en la gestión del agua y en políticas de conservación más eficaces.

Las especies más amenazadas

Entre los animales acuáticos más amenazados, los cangrejos, cangrejos de río y camarones se encuentran en la cuerda floja, con un alarmante 30% de sus especies en peligro de extinción. A estos les siguen los peces de agua dulce, con un 26% de sus especies amenazadas, y las libélulas y damiselas, que enfrentan una amenaza del 16%.

El informe destaca que ciertas zonas del mundo están particularmente afectadas por la desaparición de estas especies. El Lago Victoria, el Lago Titicaca, los humedales de Sri Lanka y los Ghats occidentales de la India son puntos críticos donde la biodiversidad acuática se ve seriamente afectada. Sin embargo, lo que más sorprende es que los sistemas de agua subterránea de todo el planeta albergan más especies en riesgo de lo que se pensaba.

Causas y consecuencias: la huella humana

La culpa de esta crisis recae principalmente en las actividades humanas. La contaminación derivada de la agricultura y la explotación forestal es una de las principales causas de la extinción de estas especies. La conversión de tierras para uso agrícola, la extracción de agua y la construcción de represas han acelerado la degradación de los ecosistemas de agua dulce, interrumpiendo rutas migratorias cruciales para las especies acuáticas.

Además, la sobrepesca y la introducción de especies invasoras han tenido un impacto devastador. La pérdida de biodiversidad acuática no solo pone en riesgo a las especies, sino que también afecta a los ecosistemas enteros, comprometiendo los servicios ambientales vitales que estos ecosistemas proporcionan a la humanidad.

Un futuro incierto: la urgencia de la acción

Para enfrentar esta crisis, el informe de la UICN pide un cambio radical en la manera en que gestionamos los recursos hídricos y las políticas de conservación. Es esencial aumentar la inversión en el monitoreo de las especies de agua dulce y garantizar que las estrategias de conservación y planificación del uso del agua se basen en información actualizada.

Sin embargo, el estudio también revela que, contrariamente a lo que se pensaba, el estrés hídrico y la eutrofización (la acumulación excesiva de nutrientes en el agua) no son los mejores indicadores para identificar áreas de alta amenaza para las especies acuáticas. Esto pone en evidencia la necesidad de adoptar enfoques más completos y específicos para preservar estas especies y los ecosistemas acuáticos.

El Dr. Topiltzin Contreras Macbeath, copresidente del Comité de Conservación del Agua Dulce de la UICN, subraya que es "esencial" incluir los datos sobre especies acuáticas en las estrategias de conservación y en la planificación de uso del agua para garantizar un futuro saludable para estos ecosistemas tan vitales.

Sin una acción urgente, el mundo podría enfrentar una pérdida irreversible de biodiversidad en sus ecosistemas acuáticos, lo que afectaría tanto al medio ambiente como a las comunidades humanas que dependen de ellos.

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