Prisa: nueva batalla por el control del grupo mediático

La batalla sigue

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El acceso al edificio de Prisa. Foto: Europa Press

 

El Grupo Prisa atraviesa otra etapa convulsa. Cuando parecía que Joseph Oughourlian, su máximo accionista, había consolidado su posición tras negarse a impulsar una nueva televisión en la TDT -proyecto apoyado por el Gobierno-, la situación ha vuelto a tensarse. En plena “guerra civil” entre los accionistas, el bloque cercano a Moncloa intensifica sus movimientos para recuperar el control de la compañía.

Según fuentes cercanas a las negociaciones, los empresarios afines al Ejecutivo, liderados por Global Alconaba (participada por Andrés Varela Entrecanales) y Juan Adolfo Utor (propietario de Baleària), han iniciado conversaciones con grandes fondos financieros para lograr los recursos que les permitan hacerse con la mayoría accionarial antes de la junta prevista en junio. Su objetivo: alcanzar el 51% del capital antes de que termine abril. Actualmente controlan el 17%, tras la salida de figuras clave como José Miguel Contreras y Carlos Núñez, antiguos aliados socialistas en la dirección del grupo.

En paralelo, la tensión política ha subido. La reciente reunión del ministro de Transformación Digital, Óscar López, con Arnaud de Puyfontaine, consejero delegado de Vivendi (accionista con el 12% de Prisa), marcó un punto crítico. Según la prensa francesa, López -acompañado por el presidente de Telefónica, Marc Murtra- presionó a Vivendi para que vendiera su participación al bloque afín al Gobierno, insinuando que, de no hacerlo, podrían perder el acceso a la inversión publicitaria de Telefónica, ahora bajo control estatal. Vivendi rechazó la propuesta, alineándose con Oughourlian.

Ante ese revés, Global Alconaba y Utor han acelerado la búsqueda de capital, estimando que necesitarán unos 350 millones de euros para presentar una oferta a Oughourlian, quien podría replantearse su permanencia si se alcanza esa cifra. No obstante, fuentes cercanas aseguran que el financiero de origen armenio está dispuesto a resistir la presión y utilizar El País y la Cadena SER como plataformas para contrarrestar al Ejecutivo.

El reparto actual del capital complica la operación: Santander posee el 4,2%, la familia Polanco controla el 7,2%, y Carlos Slim tiene aproximadamente el 7% (más derivados). La opción de adquirir títulos de estos accionistas es incierta, especialmente después de que Vivendi se haya posicionado en contra de vender.

Por ahora, el bloque afín a Moncloa se enfrenta a una carrera contrarreloj para reforzar su posición de cara a la junta de junio, en la que se prevé un enfrentamiento clave por el futuro de Prisa. Mientras tanto, Oughourlian mantiene firme su pulso con el Gobierno, decidido a conservar el control del influyente grupo de medios.

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