La emotiva última fotografía en Instagram de Cari Lapique con su hija Caritina Goyanes

El pasado martes, el mundo de la crónica social se tiñó de luto tras el fallecimiento de Caritina Goyanes a los 46 años. Este jueves, su familia y seres queridos le dieron el último adiós en una emotiva ceremonia en el Tanatorio de Tres Cantos. La tristeza, palpable en cada rostro, acompañó a la familia Goyanes en un adiós marcado por la profunda pérdida.

Entre los recuerdos más conmovedores, destaca la fotografía que Cari Lapique, madre de Caritina, compartió en su cuenta de Instagram hace apenas cuatro semanas. En la imagen, Cari y Caritina aparecen en los años 80, cuando Caritina era solo una niña. “Mi hija @carigoyanes y yo. Años 80 más o menos. 💖❤️”, escribió Lapique junto a la tierna fotografía. En aquel momento, la publicación evocaba la nostalgia de una época pasada, pero hoy, tras la partida de Caritina, ese mensaje cobra una importancia y un simbolismo que trascienden lo que cualquiera hubiera podido imaginar.

La imagen, que muestra a madre e hija en una etapa de inocencia y felicidad, se ha convertido en un triste recordatorio del paso del tiempo y de cómo la vida puede cambiar en un instante. Cari Lapique, que lideró la desolada procesión hasta el panteón familiar donde descansan ahora las cenizas de su hija y de su esposo, Carlos Goyanes, ha vivido en carne propia la indescriptible pérdida de una hija, una tragedia que nadie debería experimentar.

El funeral de Caritina fue un reflejo del cariño que su familia y amigos le tenían. Cari, devastada por el dolor, no pudo contener las lágrimas en ningún momento, dejándose abrazar y consolar por sus nietos y el viudo de Caritina, Antonio Matos. Su dolor era visible, tan profundo que ni siquiera las palabras podían alcanzar a describirlo.

La imagen de Instagram, publicada antes de que la tragedia tocara la puerta de la familia Goyanes, se ha transformado en un testamento de amor eterno entre madre e hija. Es un recuerdo de tiempos más felices, una memoria que Cari Lapique atesorará por siempre, ahora con más fuerza que nunca. La fotografía, que inicialmente parecía un simple vistazo al pasado, se ha convertido en un símbolo de la conexión inquebrantable entre Cari y Caritina, un lazo que ni siquiera la muerte puede romper.

La despedida de Caritina Goyanes ha sido un duro golpe para todos los que la conocieron y amaron. En medio del dolor y la tristeza, la familia encuentra en recuerdos como esa fotografía un consuelo, un refugio en el que aferrarse mientras enfrentan la dura realidad de su ausencia. Aunque Caritina ya no esté físicamente, su memoria vivirá para siempre en el corazón de su madre y de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla.