Revelan el motivo oculto que provocó la ruptura de la Infanta Elena con Jaime de Marichalar

El matrimonio entre la Infanta Elena y Jaime de Marichalar fue uno de los enlaces más esperados de la historia reciente de la realeza española, rivalizando con otros eventos mediáticos como la boda de Rocío Jurado y Ortega Cano. Sin embargo, el sueño de una vida perfecta se desmoronó en lo que muchos califican como un "fracaso absoluto". A pesar de tener dos hijos y la Infanta convertirse en un ícono de elegancia, la relación comenzó a deteriorarse rápidamente, especialmente después de un acontecimiento que cambiaría la vida de la pareja para siempre.

Según revela Pilar Eyre, la vida de Jaime de Marichalar dio un giro radical tras sufrir un ictus mientras pedaleaba en una bicicleta estática. Este ataque cerebral modificó profundamente su carácter, transformándolo de un hombre educado y sofisticado en una persona malhumorada e iracunda. “Ahí empezó el infierno, para él, pero también para ella”, señala la periodista, explicando cómo la Infanta Elena se vio obligada a lidiar con la nueva y difícil personalidad de su marido, quien no dudaba en hacer comentarios hirientes sin ningún filtro.

La situación empeoró hasta el punto en que la Infanta Elena pensaba en poner fin a su relación antes del ictus de Jaime. Sin embargo, fue el propio Rey Juan Carlos quien la disuadió, asegurando que la ruptura en esos momentos podría dañar gravemente la imagen de la familia real. Pese a los intentos de mantener la fachada, la relación nunca volvió a ser la misma.

A pesar de la separación oficial, la Infanta y Marichalar no rehízo su vida sentimental. Mientras la hija mayor de los Reyes Juan Carlos y Sofía nunca consideró la opción de un nuevo matrimonio, Jaime se refugió en su vida privada. La distensión en la relación no ayudó a mejorar su relación con la familia real, que nunca le acogió con mucho cariño.

Con el tiempo, la figura de Jaime de Marichalar se fue distanciando cada vez más de la familia real, y aunque mantiene una relación cercana con su hija Victoria Federica, su relación con Froilán, su hijo, es mucho más fría y distante. Froilán, que mantiene una relación cercana con su abuelo, el Rey Juan Carlos, ha pasado más tiempo en Emiratos Árabes que en España, mientras que Marichalar se ha apartado de los actos oficiales y familiares.

En una historia que parece tan complicada como la de los Urdangarin, el futuro de la familia Marichalar Borbón sigue siendo incierto, marcado por la división y las tensiones familiares que, a pesar del paso del tiempo, siguen afectando la vida de sus miembros. La Infanta Elena, a pesar de los altibajos, nunca ha buscado rehacer su vida sentimental, manteniendo su compromiso con la familia real en un segundo plano.