El rey Felipe VI aparece con el rostro quemado y heridas en las manos: su imagen preocupa
El monarca acude a un evento con la cara roja por el sol y signos de onicofagia, alimentando especulaciones sobre su salud
El rey Felipe VI ha sorprendido este lunes al aparecer con el rostro visiblemente quemado en la inauguración de la quinta edición de Wake Up, Spain!. Antes de comenzar su discurso, el monarca ha pedido disculpas por su aspecto: "Esto es lo que ocurre cuando uno no se protege adecuadamente", unas palabras que han provocado las risas de los asistentes al evento organizado por El Español, Invertia y Disruptores en Casa América, Madrid.
Según fuentes cercanas, el rey estuvo esquiando el pasado fin de semana en Formigal, en el Pirineo aragonés, donde la fuerte exposición al sol le habría causado estas quemaduras. Sin embargo, más allá del incidente solar, lo que más ha llamado la atención, tal y como ha recogido El Nacional, han sido las heridas visibles en sus manos, una afección recurrente atribuida a la onicofagia.
El problema oculto en las manos del rey Felipe VI
No es la primera vez que se especula sobre el estado de las manos del monarca. Según Antena 3, Felipe VI, como el 15% de los españoles, padece onicofagia, un trastorno nervioso que provoca que se muerda compulsivamente las uñas, generando heridas e incluso sangrado. A lo largo de los años, se ha observado cómo el rey intenta esconder sus dedos en actos públicos, ya sea posando con los brazos cruzados o cerrando los puños al caminar.
Una imagen que preocupa
En recientes apariciones, el monarca ha saludado a empresarios y asistentes con las manos visiblemente dañadas, con las puntas de los dedos moradas y heridas aún sin cicatrizar. En varias ocasiones, ha optado por cubrirse con tiritas y esparadrapos, pero este lunes su problema ha quedado expuesto ante las cámaras.
El secretismo en torno a la salud del jefe del Estado ha generado nuevas especulaciones sobre su bienestar físico y mental. La combinación de una piel extremadamente sensible al sol y el hábito compulsivo de morderse las uñas podría apuntar a un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o a un elevado nivel de estrés.
Mientras la Casa Real evita pronunciarse sobre estas cuestiones, la imagen de un rey con la cara quemada y las manos heridas sigue alimentando el debate sobre el impacto de la presión y la responsabilidad en su estado de salud.
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