La figura del rey Juan Carlos I vuelve a colocarse en el centro de la polémica. No solo por sus recientes demandas judiciales contra Miguel Ángel Revilla y Corinna Larsen, sino por el desorbitado coste de su vida diaria fuera de España. Según fuentes próximas, su estancia en Abu Dabi podría estar costando hasta 3 millones de euros al año, una cantidad que no saldría de su bolsillo, sino del de un círculo cada vez más reducido de amigos que financian su estilo de vida.
Desde su exilio voluntario en 2020, el rey emérito ha fijado su residencia fiscal en Abu Dabi, donde debe pasar la mayor parte del año. Sin embargo, pasa también largas temporadas en Suiza, país en el que se encuentran tanto su hija Cristina como Marta Gayá, la que muchos consideran su compañera sentimental de toda la vida.
¿Quién paga la factura?
Según declaraciones de Luis Pliego, director de Lecturas, en el programa TardeAR, el círculo de amistades que sostiene al emérito “habría invertido ya unos 15 o 20 millones de euros” para costear su estancia en Emiratos. Sin embargo, esa generosidad comienza a resquebrajarse. “En el entorno del emir de Abu Dabi comienzan a ponerse nerviosos”, señalaba Pliego. “Esta estancia del emérito iba a ser algo más temporal, pero llevamos ya casi cuatro años”.
El motivo oculto tras la demanda a Corinna
La tensión económica sería, según las fuentes citadas, una de las razones por las que el rey Juan Carlos ha reactivado la vía judicial contra Corinna Larsen, a quien reclama 65 millones de euros. Oficialmente, afirma que busca garantizar el futuro económico de sus hijas y nietos. No obstante, todo apunta a que esos fondos serían clave para mantener su actual estilo de vida, ahora que su red de apoyo en Abu Dabi se muestra cada vez más reticente.
Una estrategia distinta con Revilla
En paralelo, el emérito ha interpuesto otra demanda, esta vez contra Miguel Ángel Revilla, por “vulneraciones al honor” tras las repetidas críticas del expresidente cántabro desde 2022. En este caso, Juan Carlos exige una disculpa pública y 50.000 euros, que asegura donará a causas benéficas.
Vida nómada y silencio real
Mientras tanto, el rey Juan Carlos se deja ver en contadas ocasiones, casi siempre con motivo de eventos deportivos, mientras mantiene una vida itinerante entre Abu Dabi y Ginebra. Su entorno permanece en absoluto silencio y Casa Real se mantiene al margen de las decisiones del emérito. Tampoco sus hijas, Elena y Cristina, se han pronunciado sobre las acciones judiciales de su padre.
El rey Juan Carlos, decidido a limpiar su imagen y rehabilitar su legado ante la historia, se enfrenta a un panorama cada vez más complejo: con aliados que se alejan, demandas que avanzan y un coste de vida que no deja de crecer.
👉 ¿Será capaz el emérito de sostener su estilo de vida… o acabará regresando a España por necesidad?
Escribe tu comentario