Pau Carrió dirige la comedia “Elling” del autor noruego Ambjørnsen-Haefs (La Villarroel)
La Villarroel presenta la versión teatral de unos de los textos más conocidos del autor noruego Ingvar Even Ambjørnsen-Haefs en el que se ofrece una perspectiva tierna y optimista de la amistad
La Villarroel es uno de los espacios escénicos del grupo Focus con una programación más rupturista e innovadora y por ello casi siempre interesante. Como es el caso de su último estreno, “Elling”, una comedia del autor noruego Ingvar Even Ambjørnsen-Haefs que, tal y como apunta Pau Carrió, quien ha asumido el reto de dirigirla, ofrece “una versión tierna y optimista hasta el absurdo sobre una amistad que persiste en existir y que avanza contra toda suerte de adversidades”.
Montar por estos pagos un texto de autor como el que nos ocupa constituye ya de por sí todo un reto, porque lo cierto es que la literatura noruega no es excesivamente conocida. Y sin embargo la premier de “Elling” había suscitado verdadera curiosidad a juzgar por la expectante presencia de un público que llenó el aforo hasta la bandera. Para el lector de carezca de referencias diremos que Ingvar Even Ambjørnsen-Haefs es un personaje de vida sincopada que no ha dudado en imprimir un cierto carácter autobiográfico en alguna de sus obras. En este caso concreto, el texto teatral parte de la tetralogía “Elling. Vista al paraíso”, el tercero de cuyos volúmenes es “Hermanos de sangre”, que tuvo su versión cinematográfica -la película llegó a esta nominada para un Óscar al mejor filme extranjero en 2001- y llega ahora en versión teatral.
Preocupado el autor por la salud mental en su propio país, el autor fabula en este texto sobre la relación que surge entre dos hombres que se conocen en un piso compartido tras haber superado una fase previa en cierto establecimiento para pacientes asistidos. Son, por ende, dos seres solitarios que encuentran en el otro el principal nexo con una vida social que les ha sido de alguna forma vedada. Ambjørnsen-Haefs ha creado para ello dos caracteres harto distintos: hiperactivo, hipersexualizado, extrovertido, sumamente variable en su carácter uno de ellos; retraído, reprimido, con tendencia al asilamiento y al silencio, el otro. Unidos ambos por el cordón umbilical de la poesía. Entre ambos surge una relación compleja que va de del entendimiento a la discrepancia, de la complicidad al distanciamiento, de la agresividad a la ternura. Todo un caleidoscopio interpretativo que exige dotes actorales sobresalientes, lo que Carrió ha conseguido con la selección de un elenco del que forman parte David Verdaguer -sencillamente extraordinario-, Albert Prat, Albert, Óscar Muñoz y Queralt Casasayas.
Una escenografía sencilla, pero fácilmente transformable a la vista del respetable y por tanto bien resuelta, sitúa a los personajes en cada duna de las escenas o situaciones del texto dramático, cuyo contexto se subraya mediante adecuada iluminación. Algo que parece obvio e incluso fácil, pero no lo es y menos aún en un espacio como el de La Villarroel donde el juego dramático se desarrolla a dos bandas con los espectadores situados frente a frente y los intérpretes cuidando de darles la espalda el menor tiempo posible.
“Elling” es desde el punto de vista de su montaje un encaje de bolillos muy bien resuelto y desde el punto de vista de su temática, un mensaje de optimismo y fe en la amistad.
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