La década prodigiosa de la Movida en un musical

El tiempo corre mucho más deprisa de lo que nos parece y quienes vivieron y protagonizaron aquella década prodigiosa que ha sido conocida como la de la Movida hoy son respetables sesentones. Por lo que a mí respecta debo decir que la contemplé a cierta distancia porque pertenezco a una generación anterior, pero recuerdo hasta qué punto fue una etapa de gran creatividad que ha establecido pautas cuyas huellas permanece en la actualidad. Canciones como Hoy no me puedo levantar o A quién le importa expresaron más allá de la banalidad superficial de letra, un mensaje nada oculto de la voluntad transformadora propia de aquellos momentos de transición en los diferentes órdenes de la vida española. 

Silvia Villaú ha creado en torno a este fenómeno un espectáculo titulado La Movida, el musical de los 80’s que gira por España y ha recalado unos días en el Coliseum de Barcelona. Con una sencilla trama narrativa sobre las relaciones de amistad y/o pareja que se establecen en torno a un grupo de jóvenes, se inserta una amplia selección de melodías que fueron populares en su momento entre la gente joven y que aún se recuerdan con nostalgia, tal cual quedó fehacientemente demostrado con el público que participó -y nunca mejor dicho- en las funciones que se ofrecieron en el teatro de la Gran Vía. Porque la acción del espectáculo discurrió en escena, pero asimismo y paralelamente en muchos momentos también en el patio de butacas.

Los nueve componentes de la compañía brillaron a gran altura, se movieron por la enorme boca del escenario del Coliseum con desenvoltura, cantaron, bailaron y lograron entusiasmar a los espectadores. Todo ello bajo la batuta de Villaú que no solo es la autora del libreto y directora de la puesta en escena, sino también la protagonista, además de la responsable del diseño gráfico y del vestuario. Una quíntuple responsabilidad que ha sabido materializar con acierto en un show vibrante, pletórico de nostalgia, sí, pero a la vez muy entretenido.