”Em dic Josep”, un docudrama musical en la sala Flyhard

Marc de la Varga propone un espectáculo en el que realidad y ficción se entremezclan con el juego del teatro dentro del mismo teatro 

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Soy un rendido admirador de Mont Plans, una actriz con numerosos registros que igual ejerce como pícara cantante de cuplés -llevo un cedé de ella en la guantera de mi coche- que acredita sus excelentes dotes dramáticas como es el caso de su participación en la sala Flyhard donde encana uno de los tres personajes de “En dic Josep”, un espectáculo concebido por Marc de la Varga que se define como “documental musical”.

Las salas de pequeño formato, distribuidas a lo largo y ancho de la ciudad -la que nos cupa está en Sants- pueden arriesgarse en el montaje de espectáculos poco convencionales, algo a lo que ayuda sin duda su propio espacio escénico que quiebra el convencionalismo del esquema a la italiana, de modo que el colectivo de espectadores, que no suele sobrepasar el medio centenar, queda situado en torno a la misma acción dramática e inmerso por ello con suma facilidad en el desarrollo de la función. Así ocurre en el caso de esta obra en la que incluso una de las voces surge espontáneamente en ocasiones desde la misma entraña del patio de butacas.

Según confesión del propio dramaturgo, Varga ha querido “explorar los escenarios del sentido común, la locura, la realidad y la ficción” creando una historia en torno al personaje de Camil Clot, músico de la Barcelona de los noventa sumido en una extraña historia personal y familiar con preocupantes antecedentes genéticos que la abocan a un proceso de autodestrucción y a un final abierto, pero sin duda fatal. ¿Qué papel juega en este contexto Plans? Pues bien, es la madre del interfecto y la que convive con la tragedia de un hijo que camina a saltos entre la genialidad y la locura.

El mallorquín Daniel Higiénico, con una larga ejecutoria como cantautor, es el eje de la narración, función que ha asumido pese a reconocer en un aparte que no es en realidad actor, aunque al cabo resulta que sale airoso en esta nueva tarea, a lo que contribuye su experiencia musical. A Pau Vinyals, al que recordamos de haberle visto en el Tantarantana con “El gegant del Pi”, le corresponde sin embargo en rol más esforzado de toda la obra puesto que tiene a su cargo la mayor parte del texto. Nos sorprendió su capacidad vocal, apuntada en algún momento de la función con una notable tesitura, así como sus dotes interpretativas que le remiten acentuar el dramatismo de algún momento con el derrame, aparentemente espontáneo, de lágrimas perfectamente visibles, que tiene que empañar no sin dificultad.

Varga ha jugado con el ardid de barajar la ficción con la realidad y en algunos momentos con el viejo truco de hacer como que desde el espacio escénico se contempla la acción dramática desde la barrera. Y ha aprovechado la ocasión para ir deslizando muy intencionadamente una crítica bastante evidente contra la ciudad que nos ha tocado vivir, la Barcelona postolímpica, que juzga acomodaticia y ramplona.

Pese a que “Em dic Josep” es una obra de montaje aparentemente sencillo, la nómina de colaboradores necesarios para ponerla en escena ha sido amplio e incluye la de una responsable de escenografía, Laura Galofré, que ha resuelto satisfactoriamente su tarea con cuatro escuetas y modestas sillas de enea. Cabe colegir, por tanto, que al menos en este renglón la producción debe haber resultado poco costosa.
 

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