Marc Chornet dirige una versión de “Bodas de sangre” de gran fuerza poética

El teatro Akadèmia presenta una nueva versión desnuda de todo aderezo de uno de los tres grandes dramas de Federico García Lorca

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Teatro.Bodas de sangre en el Akadèmia

 

La principal fuerza del teatro es la palabra y todo lo demás deviene accesorio. Así lo ha entendido Marc Chornet cuando decidió crear una nueva versión de “Bodas de sangre” que se ha estrenado en el teatro Akadèmia. Se trata, como es bien sabido, de una de las tres obras claves de la trilogía dramática escrita por el autor granadino e inspirada, como en otros casos, en un hecho real -en este caso, ocurrido en Níjar-, algo que habría de traerle funestas consecuencias al cabo del tiempo en su propia vida. Y aunque estrenada en su día por Josefina Díaz, tuvo sus intérpretes más recordadas en Margarita Xirgu y Lola Membrives, ésta última en Argentina. 

De acuerdo con los parámetros de la época, el autor estructuró la obra en tres actos y siete cuadros, con una amplia panoplia de personajes y diferentes ambientes, algo que de seguirse con un montaje convencional exigiría disponer de amplio reparto, variedad de decorados y, por consiguiente, desmesurado esfuerzo económico. Chornet advirtió que la esencia de “Bodas de sangre” está en el texto y que éste podía ser asumido por hasta cuatro intérpretes -tres mujeres y un hombre- capaces de simultanear ocasionalmente roles diferentes e incluso ocasionalmente ajenos a su propio sexo. Manos a la obra: así surgió esta versión que utiliza a fondo la fuerza de la palabra, y por ende de la tragedia rural, y prescinde de todo elemento innecesario. No hay decorado alguno (salvo cuatro maletas movibles y desplazables por el espacio escénico) y el cambio de lugar es explicitado al principio de cada escena por uno de los actores en función de narrador, aunque sí un cuidada iluminación y los cuatro componentes de la compañía -Marina Alegre, Neus Pàmies, Mireia Sala i Xavier Torra- se convierten en uno y otro personaje según convenga, con el único aderezo de alguna pieza de vestuario y contados adminículos.

El texto de “Bodas de sangre” se canta en ocasiones y en otras los intérpretes lo dicen de forma simultánea orientando su voz en direcciones dispares y lo hacen sin distorsionarse unos a otros, lo cual no es mérito baladí, aunque cuando esto ocurre resulte punto menos que imposible captar con claridad tales lenguajes paralelos. Pero el conjunto resulta de una extraordinaria fuerza poética, la misma que emerge del texto lorquiano y una gran belleza estética y formal. Chornet ha hecho con esta versión una arriesgada e innovadora apuesta, pero el resultado ha merecido la pena.

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