Joan Pera es “Un sogre de lloguer” (Goya)

El popular actor interpreta un juguete cómico concebido para provocar las carcajadas de un público fiel 

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Joan Pera con los demás intérpretes de Un sogre de lloguer

 

Cuando se presenta o estrena cualquier espectáculo el productor o empresa suele poner el acento en alguno de los elementos más importantes del mismo. Puede ser el texto y/o su autor, el director, el carácter emblemático de la obra o acaso su protagonista. Pues bien, cuando lo que se estrena en un teatro cuenta como protagonista a Joan Pera no es preciso añadir nada, porque nada más importa, ni el título, ni el autor, ni el director. Su nombre es suficiente para que el público acuda a disfrutar de su dominio de lo que profesionalmente se denomina “vis cómica”. Que es, sencilla y llanamente, la capacidad de un intérprete de provocar con sus recursos y argucias actorales la carcajada espontánea de los espectadores.

Fui un espectador de risa fácil -recuerdo una actriz que me confesaba que descubría mi presencia en el patio de butacas cuando me oía reír- pero con el tiempo, sea porque los años pesan o porque los textos de hoy nos son tan agudos como los de antes, esta espontaneidad se ha atemperado notablemente. De ahí mí sorpresa cuando, sentado en la platea del teatro Goya, empecé a reír inconteniblemente con la sola presencia sobre el escenario de Joan Pera que es el protagonista y eje central de “Un sogre de lloguer”.

Si el amable lector me inquiere sobre qué es ”Un sogre de llguer” le diré sencillamente que un “juguete cómico”, es decir un texto banal escrito -en este caso al alimón por Susanna Garachana y Jaume Viñas- basado en una situación absurda e improbable, pero desarrollado de forma que crea numerosas situaciones hilarantes. Es, por tanto, un tipo de comedia ligera que tiene, no obstante, un peligro evidente: que el intérprete principal no posea las cualidades histriónicas necesaria para optimizar el texto y hacer posible el efecto buscado por los autores. De ahí el acierto en la elección de Pera, que es un actor consumado en el dominio de todas las tretas del género por su forma de hablar, moverse, manifestar en supuesto y accidental despiste, desmayarse, caerse, resucitar con una frase ingeniosa, establecer complicidad con el público y, en fin, salpicar el texto original con morcillas, retruécanos y ardites que lo mejoran más allá de lo que los autores pudieron imaginar.

Con Muntsa Alcañiz -elegante y distinguida-, Claudia Benito y Edu Lloveras, y todos ellos bajos la dirección de Daniel Anglés -convertido en personaje indispensable y omnipresente en los teatros de Focus-, Pera acredita una vez más, si ello fuera necesario, su capacidad de conectar con el patio de butacas y de obligar a poner en taquilla un miércoles el rótulo de “agotadas las entradas”. 

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