“Flipar” con Jorge Blass en el Poliorama
Un espectáculo de ilusionismo que combina la magia de proximidad con la de instrumentos y estimula la participación del público
Siempre fui espectador fiel de los espectáculos de magia e ilusionismo y en mi memoria permanecen algunos profesionales que hicieron historia como el famoso Li Chang, que se anunciaba como “el demonio amarillo” y no era demonio, ni tampoco amarillo y ni siquiera oriental, sino de Badalona. Li Chang respondía a una estirpe de profesionales que, a fin de llamar la atención de públicos crédulos, utilizaban exóticas vestimentas. Con el tiempo, los magos fueron prescindiendo de ellas y entonces se revistieron mucho más formalmente, por ejemplo, con frac, que es símbolo de seriedad e incluso si mucho se nos apura de misterio, y aparecían acompañados por una señorita que ejercía silenciosa las funciones de partenaire, como era el caso de pareja formada por Alain Denis y Mónica Bell. Hasta que llegó el momento en que se produjo una revolución y se apercibieron de que no era necesario vestirse estrambóticamente porque lo que a la gente le bastaba con sentirse sorprendida por sus habilidades. Más aún, llegó el momento en que se dieron cuenta que los espectadores o son niños o nos comportamos como tales, aunque tengamos tropecientos años, y los nuevos magos optaron por tratarnos de forma desenfadada y coloquial.
Gran maestro de esta nueva escuela fue Juan Tamariz que ha tenido buenos seguidores cual es el caso del madrileño Jorge Blass, que presenta en el Poliorama su espectáculo “Flipar”. No prescinde la denominada “magia de proximidad” que es la que juega con la baraja y que ha logrado superar las limitaciones que le imponía la proximidad para, utilizando las nuevas tecnologías, permitir que los juegos de cartas puedan ser vistos sin dificultad por el público de sala de grandes dimensiones gracias al uso de una cámara de televisión. Pero trabaja también la magia de aparatos, no por menores menos espectaculares, y lo hace además con la propia figura humana, lo que le permite dejarnos estupefactos cuando el propio mago desaparece ante nuestra atónita mirada o demuestra sus insólitas cualidades en los ejercicios de mentalismo con varios espectadores elegidos al azar en el patio de butacas.
“Flipar” es un espectáculo muy entretenido, variado, colorista, con juegos de distinta índole, algunos efectos especiales -la lluvia de mariposas- y la continuada participación del público -increíble la desaparición del DNI de uno de los espectadores que aparece en el interior de un globo oportunamente reventado cuando el interesado está a punto de saber que habrá de pedir cita para la renovación del documento perdido - y, en fin, lo adereza todo ello con bromas, apartes, guiños de complicidad y desbordada simpatía que hace que el público se lo pase muy bien y aplauda con entusiasmo.
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