El Girona arranca un valioso punto en el estreno liguero en el Villamarín (1-1)

El Girona no había ganado nunca en campo del Betis y tampoco lo hizo el pasado jueves 15... aunque los de Míchel arrancaron un empate que sabe a gloria (1-1) en su estreno liguero.

En el Villamarín, el equiipo supo reaccionar tras el descanso para arañar un punto ante un teórico rival directo para la zona europea, que le superó en el primer tiempo donde aprovechó un tempranero gol de Marc Bartra. 

Los sevillanos saltaron al césped con mucha intensidad y apenas dejó que los visitantes pudieran imponer su estilo, sobre todo cuando el central formado en el Barça cabeceó perfectamente en el minuto 6 un saque de esquina botado por Nabil Fekir. 

Los de Míchel trataron de reaccionar, con un Bryan Gil eléctrico, aunque apenas tuvo grandes ocasiones salvo un remate desviado de Yangel Herrera a centro del extremo de Barbate. Además, con el paso de los minutos, el Betis fue ajustando y pudo controlar mucho mejor el encuentro. 

Los locales llevaron más sensación de peligro, con Aitor Rubial, el improvisado 9 a falta de más refuerzos, gozando de una muy buena ocasión en un balón largo que sorprendió a la defensa gironina, pero el futbolista bético se topó con un acertado Paulo Gazzaniga.

Tras el descanso, el técnico visitante dio con la tecla y su equipo salió mucho más dominador ante un Betis, que optó por un dar paso atrás para sorprender al contragolpe. Abel Ruiz avisó con un remate al palo, aunque dio la sensación que Yangel Herrera estaba en posición de fuera de juego a la hora de hacer el centro. La réplica local vino con un potente disparo de Rodri y otra parada de mérito de Gazzaniga tras una contra. 

Míchel fue metiendo cambios y dos de ellos acabaron surtiendo efecto. Iker Almena y Gabriel Misehouy sirvieron de revulsivo y un gran desborde del primero acabó en un envío que el jovencísimo delantero neerlandés (una de las caras nuevas del curso), que llevaba apenas dos minutos sobre el verde, acertó a empujar para firmar el empate. Chimy Ávila dio el último gran susto a los gironins, pero su remate se estrelló en el poste.