La Louis Vuitton Cup, con las espadas en todo lo alto: INEOS y Luna Rossa siguen empatados (4-4)
Este 2 de octubre la competición vuelve a las aguas de Barcelona
La final de la Louis Vuitton Cup entre INEOS Britannia y Luna Rossa Prada Pirelli está siendo un emocionante duelo de nervios, con ambos equipos intercambiando golpes como en una tanda de penaltis. Después de una jornada intensa de regatas en Barcelona, la serie se encuentra empatada 4-4, en una competencia al mejor de siete puntos.
El viento garbí (suroeste) cambiante, que llegó hasta los 21 nudos, jugó un papel crucial en el desarrollo de las regatas. En la primera prueba, INEOS Britannia partió por babor, cruzándose con Luna Rossa y virando para quedar en su estela. Los italianos, que habían tomado la delantera en la salida, enfrentaron problemas técnicos con el brazo del foil de babor, lo que les hizo perder metros decisivos. Mientras intentaban resolver el problema, los británicos aprovechaban el role a la izquierda para buscar ventaja.
Sin embargo, la situación cambió rápidamente cuando Luna Rossa, navegando a más de 50 nudos, hundió la proa de manera repentina debido a un impacto que dañó la cubierta alrededor del carro del foque. El equipo italiano fue obligado a detenerse y evaluar los daños. Gracias a la rápida intervención de su equipo técnico, que realizó reparaciones con láminas de fibra de carbono, Luna Rossa logró volver a estar operativa tras media hora de intenso trabajo.
En la segunda regata del día, los italianos, ahora recuperados, mostraron un rendimiento impecable. Entraron en el cajón de salida por babor y se dirigieron hacia el margen derecho del campo de regatas. INEOS Britannia, por su parte, optó por virar en lugar de trasluchar, una decisión que le costó caro al ser penalizado y obligado a mantenerse 75 metros por detrás. Luna Rossa aprovechó la situación, manteniendo el control de la regata con una ventaja creciente, mientras los británicos luchaban por recortar distancias.
En los tramos finales, los italianos cometieron pocos errores, especialmente en las empopadas, y gestionaron las rachas de viento de hasta 23 nudos con gran precisión. Cruzaron la línea de meta con 16 segundos de ventaja, empatando la serie nuevamente a 4-4.
La final sigue abierta, con ambos equipos demostrando una capacidad extraordinaria para remontar y adaptarse a las difíciles condiciones de navegación. El Team New Zealand espera al ganador de esta serie, con las próximas regatas siendo cruciales para decidir quién logrará los siete triunfos necesarios para avanzar.
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